Durante toda su historia, Haití ha tenido conflictos, siendo este período el más crítico, pues no han podido organizar ni unas elecciones para poder al menos tener un presidente después de magnicidio que acabó con la vida de Jovenel Moise, el 7 de julio del 2021.
Hoy, una vez más, nuestros vecinos se hacen la víctima y, como siempre, buscan la forma de culpar a la República Dominicana de sus desgracias, agravando las relaciones entre ambas naciones al no cumplir los acuerdos.
El canal que se construye para desviar el río Masacre es una provocación más de parte de los que dirigen esa nación, y bien ha hecho el presidente Luis Abinader con tomar medidas drásticas para enfrentar esta situación.
Cerrar la frontera, el intercambio comercial y no entregar visas son las decisiones más apropiadas ante este atropello que se viene cometiendo por parte de Haití contra el país.
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La deforestación desmedida que los haitianos ha sumergido a su país es el daño más grande que pueden tener; por eso, toman esta decisión de violentar el tratado del 1929 en la que se estableció en el artículo 10 lo siguiente: «En razón de que ríos y otros cursos de agua nacen en el territorio de un Estado y corren por el territorio del otro o sirven de límites entre los dos Estados, ambas Altas Partes Contratantes se comprometen a no hacer ni consentir ninguna obra susceptible de mudar la corriente de aquellas o de alterar el producto de las fuentes de las mismas».
«Esta disposición no se podrá interpretar en el sentido de privar a ninguno de los dos Estados del derecho de usar, de una manera justa y equitativa, dentro de los límites de sus territorios respectivos, dichos ríos y otros cursos de agua para el riego de las tierras y otros fines agrícolas e industriales».
Nuestros vecinos son los culpables de sus desgracias, y por años han querido hacer saber por todo el mundo que los malos de cuento es la República Dominicana que le recibe cada año a miles de parturientas, cientos de miles de nacionales haitianos trabajan en territorio dominicano, ayudando al sustento de sus familias que quedan en Haití.
Estamos de nuevo ante la mirada del mundo con un conflicto, generando por la violación de los acuerdos, la cual los convierte en el culpable de generar esta crisis, y se quieren hacer víctimas.
El Gobierno dominicano, presidido por Luis Abinader, ha hecho un llamado a todos los organismos internacionales en cada cumbre de jefes de Estados, que nos ayuden a enfrentar el problema de Haití, y hemos tenido pocas reacciones.
Haití es un país controlado por bandas donde impera en desorden sin control, pues sus autoridades no tienen forma de organizar su nación; entonces, siempre buscan la excusas de culpar a la República Dominicana.