Le llamaban Xarold. Era un infante cuando fue caricaturizado de perfil, resaltando su azorada mirada con larga pestaña que acentuó la gracia de la edad. Es una caricatura fechada a inicio de la sexta década del pasado siglo XX, y difundida muchos decenios después, en el diario El Caribe (23/4/2004).
La representación dibujística se acompaña de interrogantes y pertinentes respuestas: ¿Premonición? ¿Por qué en1960 el conocido caricaturista Príamo Morel, hace una caricatura de un niño de cinco años? Los acontecimientos posteriores a ese año llevan a pensar que 30 años después se produjo un traspaso de mando. Del gran Príamo a Harold el magnífico (aunque a los 5 años era Xarold).
Tiempo después de haber sido caricaturizado Xarold, como seguía llamándose, celebró a los nueve años una individual en el Palacio de Bellas Artes, exhibiendo 65 cuadros. Puede ser considerada la primera muestra pública de un niño, respaldada por su padre y presentada la muestra por Aída Cartagena Portalatín, poeta y crítica de arte reconocida.
Los temas de las obras manifestaban la imaginación de Xarold: Bomberos en acción, Asalto a un tren, Batalla aeronaval, Convoy atacado por el aire, Hombres ranas .
Nacido en La Vega (1955), Xarold creció en un ambiente familiar y cultural, rodeado de obras artísticas. Su abuelo materno, Enrique García Godoy (n. 1896) era un reconocido pintor y teórico estético, considerado un soporte fundamental protomoderno, influyente maestro vegano y con exposición antológica celebrada en la Galería Nacional de Bellas Artes (1945), donde presentó más de 200 obras. Al fallecer en 1947, su patrimonio artístico fue preservado por su hija Raquel García Godoy, casada con Joaquín Priego, reputado escultor, docente, investigador y escritor.
La pareja procreó un solo vástago, Harold Priego García Godoy, marcado por las artes. En este sentido su testimonio: Desde que abrí los ojos fui viendo cuadros, pinturas, esculturas, talleres y barro, pues nací en una familia que básicamente es artística.
Me crié en el taller de mi papá viéndolo trabajar. Cuando vienes de una genealogía artística y terminas el colegio se te presenta el dilema, tienes que decidir qué vas hacer a partir de ahí, si seguir el arte o desentenderte de eso ( ) ¿Qué hago yo cuando salga del colegio? Pues irme a lo que está más cerca del arte. Me metí en Arquitectura, que es la forma más fácil de seguir trabajando con los lápices, pinceles y el diseño; pero me daba cuenta que como diseñador funcionaba muy bien, pero como arquitecto no tanto. Con los cálculos, estructuras y cosas de esas más nunca en la vida. (Fernando Casanova, Mirada al Arte/junio 2007, pág. 12-13).
Con estudios en Dibujo Animado para televisión, cursados en Nueva York y Miami, Harold Priego regresa a Santo Domingo, alegando que nunca quiso quedarse a vivir en el extranjero porque le gusta mucho el desorden de su país (Listín Diario, 24/5/98).
Es entonces cuando asume de lleno labores de publicista, vinculándose a incontables agencias nacionales de publicidad entre 1977-1990, desenvolviéndose como director ejecutivo en áreas creativas y de arte.
En este período asiste a un congreso de publicidad en Nueva York, en compañía de Sergio Forcadell, quien rememora aquella experiencia en conversación póstuma con Harold (Diario Libre, 30/1/2013): Estuvimos acomplejados en aquel congreso ( ) como representantes de nuestro pequeño país y representamos aquella idea, hecha al vapor, para el lanzamiento del primer cigarrillo light, con unos caballos blancos que tú dibujaste galopando en el espacio y que dejaron con la boca abierta a docenas de profesionales de todos los países de América. ¡Cómo aplaudieron!, ¡Qué gráfica tan genial hiciste!
¡Lo calificaron como el mejor trabajo del evento! El dibujo elevó la creatividad del país en lo más alto de la bandera, corrobora su autor.
En el largo ejercicio siendo un publicista autoformado, Harold Priego cubrió un periodo que abandona para sumergirse de lleno en lo que denomina etapa de los muñecos, que es el personal campo de la caricatura conformado por sujetos de la invención imaginativa, pero identificable con calificativos populares como boca de chivo y mármara.
El primero se relaciona a una persona cuyos vaticinios se cumplen o anuncian una cosa, (de acuerdo a Patín Maceo). mármara es un calificativo rural que alude a un jarro u otro recipiente: Pásame la mármara, solía escuchar cuando niño en la rural Altamira.
Los hijos humorísticos y sociológicos de Priego son, además de Boquechivo, Doña Mármara y Don Chichí, Diógenes, Eloy, Matías, Berroa . El padre creativo se percibe como: El caricaturista dominicano por antonomasia en el lapso que va de los últimos quince años del siglo XX, sustenta Diógenes Céspedes, quien agrega: Es el único que, armado con un proyecto de vida fundado en valores, percibe la sociedad dominicana como una utopía de los trinitarios y los restauradores, pero agregándole una crítica social al clientelismo y al patrimonialismo incrustado en los entresijos de la cultura, la política, la historia y el arte.
La prueba de que la crítica social ejercida por él a través de los personajes que pueblan su mundo es transideológica, reside en el hecho de que es el único caricaturista de cuatro periódicos dominicanos. En el Listín Diario tiene afincada a Doña Mármara y su inofensivo esposo Don Chichí, en El Caribe, a Matías y Berroa, en Hoy a Eloy en el Hoy y en Diario Libre a Diógenes y Boquechivo (Areíto/Hoy, 1/12/2002).
Los Muñecos constituyen el mundo de la caricatura como invención asidua y cotidiana de Harold, cuyo dominio y vuelo le permite patentizar un estilo visual que le otorgan una reconocida identidad.
Empero Los Muñecos se diferencia de la otra caricatura, que José Mercader define obra de arte gráfica de una persona o más de una situación ( ) se obtiene mediante la exageración o acentuación de algunos rasgos, principalmente los más sobresalientes y notables del rostro del modelo.
(Historia Caricatura Dominicana, Tomo I, julio 2012, pág. 17). Como buenos ejemplos, Agripino, tú siempre de mediador, (noviembre 15/2002) y Rogelio Stallone el Rambo de la Iglesia, (diciembre 13/2002), en las portadas del suplemento semanal Boquechivo el humor nuestro de cada día, editado por el Listín Diario, a cargo de Priego, quien además de editor e ilustrador, escribe y se acompaña de otros autores en una publicación de antología.
La intensidad laboral de nuestro creador era inmensa o permanente en la producción diaria de sus caricaturas, a veces se cansaba, testificando en relación al caso de Boquechivo: y me cansa porque es un trabajo arduo, donde tú tienes que ser el director del teatro, tengo que poner a trabajar ese actor que está ahí.
Tengo que decirle lo que él tiene que decir, tengo que someterme a su forma de pensar, igual que a Diógenes y los demás personajes. Es un trabajo duro. (Mirada al arte, op. cit.).
Reconociendo que su hacer creativo ha sido por etapa: la publicidad y la de los muñecos, él pretendía ir bajándolas en un par de años, para dedicarse a pintar, sintiendo que la gran trascendencia se logra con la pintura.
Soy pintor, afirmaba con placer Harold Priego, y lo era sacando el tiempo necesario para responder al imperativo de esa condición. Recuerdo una obra suya inscrita y no aceptada en la XV Bienal de Artes Plásticas (1981), una tela que hacía nexo con la obra pictórica de su abuelo Enrique García Godoy; exclusión que desató la protesta de su madre Raquel, entonces empleada de la Galería de Arte Moderno y cuya acusación mayor recaía sobre su pariente Darío Suro García Godoy, integrante del jurado de selección.
Fue una prueba para Harold, que no se amilanó dado su dominio en el dibujo, el diseño, la gráfica y la pintura.
Fue una memorable lección personal enfrentar su obra en visita al hogar, cuando preparábamos el séptimo tomo de la Memoria de la Pintura. Percibimos la obra de Harold Priego llena de originalidad conjugatoria de lenguajes y referencias donde el realismo y el cubismo tropical de nuestra geografía, visualmente cantan a la condición antillana, femenina, frutal, luminosa y llena de riqueza cromática.
La Eva mulata es el eje sensual de un estilo revival de la tradición académica y moderna, carente de adocenamiento, cliché, sellada por una aplicación de técnicas donde la geometría y el realismo se refunden armoniosamente.
Los dominios compositivos, formales y técnicos no abordan únicamente el relevante tema de piel mulata sumergida en un trópico recreado, sino que Boquechivo, también es tema pictórico de empatía fantástica que eleva el tema por encima de la expontánea caricatura, que deja de ser la materia del memorable sujeto.
Sin sujeción a la producción clásica de hacer pintura, el artista también asume la pintura digital, basada en el photoshop.
Es una forma de expresión como cualquier otra, es su alegato, al tiempo que niega la dependencia absoluta de la computadora y los programas, afirmando: El creador es siempre más importante que la técnica.
Expontáneo, laborioso, reconocido, en nada mareado por los alcances y la fama de creador, Harold Priego era un soñador de madura juventud cuando el cese de latidos de su corazón detuvo su vida.
Fallecido en la fecha del bicentenario natal de Juan Pablo Duarte, el 26 de enero del 2013. Su cadáver fue enterrado en un nicho del Cementerio Nacional de la ciudad capital, pero no está muerto.
Los humanos que trascienden como creadores delegados de Dios tienen vida permanentemente en la historia. Por sus obras son conocidos y seguirán espiritualmente en la memoria.