Compañeros de estudios y profesores de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Dominicana O&M, representantes de la Pastoral Juvenil de Azua, el Círculo de Locutores y de la prensa asistieron a la misa de los nueve días del asesinato de Franchesca Lugo Miranda, oficiada por el padre Duván López, quien clamó para que sea detenido el baño de sangre que corre por el territorio nacional.
En el muy concurrido acto religioso, efectuado en la avenida Servio Vilchez número 30 o carretera de Monte Río en Azua, intervinieron Bolívar Beltré, por los locutores; Héctor Abréu Casado, por la prensa y el noticiero televisivo SIN; Alberto Jiménez, por la Pastoral Juvenil; Dulce María Ozuna, por los alumnos de la Universidad O&M y José Francisco Lugo Cabral, padre-tío de Franchesca Lugo Miranda.
El padre López, párroco de la Iglesia El Buen Pastor, invitó a los presentes en la residencia familiar a la misa que será oficiada este lunes 31 de agosto, fecha en que Franchesca Lugo Miranda cumpliría 20 años de edad.
“¡Todos somos Franchesca!”, decían los polosherts negro que vestían unos 30 compañeros de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad O&M, encabezados por su director Oscar López Reyes; por Doris Almánzar, directora de Relaciones Públicas de esa institución y por varios profesores.
“¿Hasta cuándo seguiremos con este baño de sangre? El cielo reclama su detención. Muchas Franchesca han sido asesinadas por personas que se creen dueños de la vida y reclamamos un alto en ese camino”, expresó el sacerdote.
Dijo que Franchesca “es una paloma dormida. Ella estuvo comprometida con la iglesia; fue humana, cariñosa, servicial y su vida fue cegada cuando se preparaba para ser voz de los que no tienen voz. Desde su corazón salía el bien. Ella realizó un trabajo honesto, con dignidad y respeto, porque poseía virtudes excepcionales, como la humildad, la sencillez y la alegría”.
Expresó que “por esas cualidades y sus obras de amor y justicia, su asesinato ha enlutado al país y tocado la fibra del corazón de los dominicanos y lacerado el alma de todos nosotros”.
Francisco Lugo Miranda dijo que la Policía “es un nido de delincuentes, y que no ha recibido una llamada o la visita de un raso enviado por el jefe de la Policía para pedirle disculpa a los familiares por el horrendo asesinato de su hija”.
¿Quién fue Franchesca Lugo miranda? Francesca Lugo Mirada nació el 31 de agosto de 1995, en Azua, y fue hija de Guillermo Lugo Cabral y Elsa Mireya Miranda. Realizó sus estudios primarios en la escuela Angel Fermín Novoa Ruiz, y los secundarios en el Colegio de Práctica Experimentar Utesur, donde se graduó como estudiante meritoria.
A los 14 años comenzó en el programa “Los dueños del fin de semana”, con Angie Almarante, Yuri Wellinton (Pachá) y Yojansi Novoa, luego pasó a laborar en “Azua en acciòn”, con Maxi Vargas, y fue encargada de la sección de noticias, arte y espectáculos de “Al ritmo de lo nuestro”, con Ramón Piña, por Azua TV.
En enero del 2011 participó en el concurso Reyna del Carnaval Dominicano, donde ganó Miss Teen World.
En el 2013 fue voz comercial del segundo torneo de baloncesto superior de Azua, ese mismo año acompañó a su tío, Juan José Sención (Yebo) en el programa “Recordando lo vivido”, en la emisora Ternura FM.
Perteneció a la Pastoral Juvenil y al Ayuntamiento Juvenil de Azua.
En enero de 2014 inició sus estudios en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Dominicana O&M, donde días antes de su muerte se inscribió en la sección 706 para el cuatrimestre septiembre-diciembre. Realizaba su pasantía en la cadena central de noticias SIN, con el periodista Héctor Abréu Casado.
Dulce María Ozuna, estudiante de comunicación social de la Universidad O&M, cantó una canción que compuso para la eucaristía y los miembros de la Pastoral Juvenil, que también asistieron vestidos con polosherts negros y blancos con una paloma dibujada en su centro, pusieron a circular un acróstico y un documento en el que censuran el “libertinaje de egoismo de placer y ambición sin importar el precio que paguen”.
“Dejemos a Dios obras en nuestras vidas”, y que “esta celebración nos ayude a reforzar nuestra fe y nos llena de consuelo y de esperanza”.