Hepatitis, un virus silente y altamente contagioso

Hepatitis, un virus silente y altamente contagioso

La hepatitis es una enfermedad silenciosa. Debido a que los síntomas tardan en aparecer, en ese tiempo, el paciente pudiera sufrir una inflamación crónica del hígado que se propaga en el cuerpo cuando la sangre de una persona infectada entra en el torrente sanguíneo de otra que no lo está.

Según las estadísticas publicadas por la Organización Mundial de la Salud, a enero de 2020, en todo el mundo, más de 200 millones de personas estaban infectadas con el virus de la hepatitis B, pero solo una parte conocía su diagnóstico.

En tal sentido, al conmemorarse este 28 de julio, el “Día Mundial de la Hepatitis”, especialistas de diferentes latitudes buscan concienciar a la población sobre los efectos de esta enfermedad, de la que se conocen cinco virus clasificados desde las letras A hasta la E.

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Según estudios científicos, las personas pueden reducir el riesgo de contraer esta enfermedad teniendo relaciones sexuales con protección, no compartiendo agujas ni artículos de cuidado personal con una persona infectada.

Las formas de contagios son muchas, empezando desde el nacimiento porque se ha comprobado que, si una mujer embarazada tiene hepatitis B, pudiera contagiar a su bebé. Otra manera de infectarse es con agujas contaminadas, compartiendo artículos de cuidado personal con una persona infectada, tales como rasuradoras y cepillos dentales; o teniendo relaciones sexuales sin protección.

Para diagnosticar esta enfermedad, el médico le pregunta al paciente sobre su historia clínica, le recomienda un examen físico, pruebas de diagnóstico por imágenes; así como análisis de sangre, incluyendo pruebas de hepatitis viral.

Generalmente, la hepatitis A y E causan infecciones agudas a corto plazo, que el cuerpo puede superar. Sin embargo, los otros tipos B, C y D causan infecciones que a largo plazo pudieran ser crónicas.

¿Cómo prevenirla? Es otra pregunta que muchas personas se hacen. Sobre este punto en particular, el doctor William D. Carey, M.D., de Cleveland Clinic Florida afirma que hay muchas maneras de reducir las probabilidades de contraer hepatitis. Entre estas mencionó “obteniendo las vacunas para la hepatitis A y la hepatitis B; usando preservativo durante las relaciones sexuales, practicar la buena higiene personal, lavarse las manos a fondo con agua y jabón, no usar artículos personales de una persona infectada y tomando agua embotellada cuando viajamos”.

Síntomas, manejo y tratamiento

Aunque no todos los pacientes con hepatitis presentan los mismos síntomas, los más comunes son orina oscura, dolor de estómago, piel amarilla, fiebre de bajo grado, pérdida de apetito, fatiga y dolor en las articulaciones.

Hasta el momento, no hay tratamiento para curar la hepatitis A. Por eso, el gastroenterólogo William D. Carey, M.D., de Cleveland Clinic Florida, dice “si sabes que tienes hepatitis A, lo suficientemente temprano, es posible que puedas detener la infección si recibes una dosis de la vacuna contra la hepatitis A o algo llamado inmunoglobulina contra la hepatitis A”.

Al persistir estos síntomas, el médico les recetará a los pacientes, uno o una combinación de medicamentos antivirales de acción directa. De estos medicamentos, la especialista en hígado Christina Lindenmeyer, dice que son altamente efectivos para eliminar la enfermedad.

Y agregó que en los últimos cinco años han sido una revolución en el tratamiento de la hepatitis C”. “Hay varios productos orales disponibles que son altamente efectivos”, dice el doctor Carey, y agrega que, si “usted toma una sola píldora durante ocho semanas, o a veces por 12 semanas, curará más del 95 por ciento de las infecciones de hepatitis C”.

Según explica el doctor Carey, aunque el hígado puede tardar varios meses en sanar, la mayoría de las personas se recuperan completamente de la hepatitis C. En este paso es importante el monitoreo cuidadoso de la función hepática.

El especialista manifestó que “para ayudar a mejorar la salud y acelerar su recuperación, les recomiendo evitar el alcohol, practicar una buena nutrición, descansar; y conversar con su proveedor de atención médica sobre sus medicamentos de venta libre o las vitaminas y suplementos para saber cuáles debe tomar y cuáles evitar hasta que se recupere”.

En República Dominicana, según los datos de la Organización Mundial de la Salud en 2017, se estimaba que más de 300 mil personas estaban infectadas.