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Fidel Bonilla, un técnico y mecánico que duró 23 años residiendo en una casa en Gualey, Distrito Nacional, ahora duerme donde le coja la noche.
Bonilla, entre lágrimas, narró al HOY Digital que cuando comenzó a vivir en lo que hasta hace varios días fue su residencia, llegó a un acuerdo con el dueño, del cual dijo es amigo suyo, para que le comprara la casa en RD$ 300,000, de los cuales sólo le dio RD$ 200,000.
El dueño de la casa decidió no vendérsela a él porque le estaban ofertando RD$ 600,000. Sin embargo, tras varias visitas a la justicia para que le devolvieran los 200 mil pesos que había pagado, una hija del propietario de la residencia decidió desalojarlo, luego de sólo darle RD$ 25,000, indicó.
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“Yo estoy durmiendo donde me coja la noche (…). Lo que yo estoy sufriendo no quiero que nadie lo sufra. Yo soy un hombre conocido, soy Bonilla donde quiera que voy”, aseguró el hombre.
Cuenta, además, que si el desalojo hubiera sido legal no dejan los trastes en la calle a la intemperie, “lo llevan a otro lado. Pero hasta la puerta rompieron”.
