El lanzamiento del nuevo teléfono inteligente de Huawei, Mate 60 Pro, ha provocado estremecimientos en China y EEUU. En toda China por fervor patriótico al considerarlo una “victoria tecnológica” quebrando sanciones norteamericanas, y en Washington por no poder ocultar el asombro y enojo que produce la evidencia de lo estéril de la política de sanciones ya demostrada con la capacidad espacial autóctona desarrollada por China. Huawei es motivo de orgullo a todo lo largo del gigante asiático, indiscutible empresa líder global, con el registro de mas patentes en el mundo.
Después de tres años de restricciones tratando de frenar la expansión china de la tecnología 5G, la principal característica del nuevo equipo es, precisamente, la incorporación de un chip 5G. Huawei absorbe toda su impresionante capacidad tecnológica y corporativa para sortear la agresión comercial estadounidense con sus chips Kirin de diseño propio. El medio semioficial chino, Global Times, destacó que el “resurgimiento de los teléfonos inteligentes Huawei después de tres años de silencio forzado es suficiente para demostrar que la represión extrema de Estados Unidos ha fracasado» y recordando la guerra tecnológica desatada desde Washington resaltaba que el evento marca el derrotero que inevitablemente habrá de recorrer la hostilidad estadounidense.
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Muchos observadores destacan el hecho de que el lanzamiento se produjo en medio de la visita de Gina Raimondo, secretaria de Comercio de EEUU, departamento responsable de aplicar las sanciones comerciales y lo interpretan como un mensaje.
En Washington no han podido asimilar el golpe y advirtieron que investigaran la Corporación Internacional de Fabricación de Semiconductores china -SMIC- para comprobar si el chip usado tiene algún componente norteamericano y emitieron una acostumbrada amenaza: «Seamos claros: los controles de exportación son solo una herramienta en la caja de herramientas del Gobierno de EEUU para abordar las amenazas a la seguridad nacional que presenta” China. Insoportable el avance chino.
Desde Beijing la vocera de la Cancillería advirtió que las sanciones solo “reforzarán la determinación y capacidad de China de buscar autosuficiencia e innovación tecnológica».
Tras el lanzamiento la atención provocada en inversores disparó las acciones de Huawei casi 20% en Hong Kong y 15% en la bolsa de Shanghái.
En verdad resulta ridículo nadar contra la corriente a sabiendas que esta te va a arrastrar. El desarrollo tecnológico no lo para nadie. Cooperar y trabajar juntos traería beneficio a todos.