La tecnología 5G no ha sido una meta en el incesante y audaz desarrollo de las grandes tecnológicas; ha sido solo un paso intermedio. Mientras que en China instalarán este año 600 mil nuevas estaciones 5G para cerrar el año con casi 3 millones desplegadas por todo el país, Huawei, líder indiscutible a nivel global, trabaja afanosamente en un 5G avanzado – 5.5G- y en la puesta a tono del 6G.
Aunque las proyecciones para la irrupción del 6G apuntan al 2030, debe recordarse que a los chinos les gusta quemar etapas, el batallón de técnicos de muy alto nivel con que cuenta la compañía afinan los trabajos pertinentes de corto plazo para perfeccionar al 5G e ir creando condiciones para llevarlo a un plano muy avanzado que han bautizado como 5.5G. Es la ruta hacia el 6G.
Un alto CEO de Huawei explica que “con el 5.5G se intenta multiplicar por 10 el objetivo de ancho de banda que teníamos con el 5G y llegar a las 10 gigas.
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Eso habilitará otro tipo de contenidos y soluciones mucho más potentes. Otro objetivo es reducir por 10 el consumo energético de la red”.
La compañía impactó al mostrar el nivel revolucionario alcanzado hace solo unos días en la importante feria Mobile World Congress en Barcelona.
Las áreas de uso son ilimitadas: operaciones inmediatas de control de inventarios y mecanismos de pagos; sistemas de sensores de uso amplio, garantizar la seguridad en la circulación de automóviles.
Además, se podrá ver en 3D sin el uso de gafas especiales, así como realizar videollamadas con traducción simultánea. Son solo algunas de las innovaciones tecnológicas que Huawei expuso en la ciudad española.
La potente y dinámica empresa, como otras de China, no pierde el sueño ni se desanima por la impertinente hostilidad norteamericana, y aliados, que intentan paralizarla restringiendo su capacidad de competir en el mercado estadounidense sin percatarse que el globo terráqueo es demasiado grande.
El potencial mostrado por Huawei en la Ciudad Condal dejo sin aliento a muchos provocando que ciertos medios que no son muy proclives a reconocer los avances de Beijing quedasen deslumbrados.
La ciencia y la tecnología son conquistas de la humanidad y así debieran se reconocidas por todos dejándolas fuera de las confrontaciones geopolíticas y aprovechándolas para construir, de conjunto, un mejor futuro. Mientras unos tratan de frenar el 5G muchas empresas se preparan para el despliegue del 6G.