Trabajar en lo que te gusta y que valga la pena
Por: Wendy Berroa
Hace unos días conversaba con mi hijo y lo veía muy entusiasmado con una serie de “anime” que estaba viendo, me explicaba sobre la misma y me llamo la atención un término que manejaba mucho, y que no me explico la definición pero si el significado que le daban en la serie al Ikigai.
Como madre, me confieso inexperta en el territorio de los animes, y a raíz de esa situación opte por investigar. El término Ikigai según la cultura oriental se atribuye al periodo de Heian en 794 al 1185. Gai proviene de la palabra kai, cuyo significado es “conchas”, en japonés se consideran muy valiosa, es
de ahí que se condensa la palabra Ikigai que significa el valor de la vida. De ahí provienen varias palabras que son utilizadas como el kai, yarigai o hatarakagai, que significan “el valor de hacer y el valor de trabajar”.
En resumen y para entenderlo mejor “Ikigai» viene de las expresiones IKI que significa vida y GAI que hace alusión a motivo, sentido, resultados, valor y merecer la pena. Para los japoneses el IKIGAI conecta con el sentido de la vida, es aquello por lo que merece la pena vivir, lo que hace que nos levantemos cada mañana, la felicidad de hacer cosas que nos complacen, la realización personal y la motivación.
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En la cultura japonesa el IKIGAI es el sentimiento íntimo de cada persona y se manifiesta en cuatro componentes que marcan o que intervienen a la hora de manifestar o realizar los deseos o anhelos de
superarte o desarrollar eso que te motiva a crecer o desarrollar tus talentos, a ser mejor persona.
El primer componente seria “Lo que amas o te apasiona»
Este primer componente nos lleva a ver esas principales actividades que te complacen hacer, lo que te hace sentir pleno o estar cien por ciento concentrado, centrado y enfocado.
Son esas cosas que te gustan hacer, que te apasionan, esas que harías aunque no vayas a recibir remuneración alguna, porque te sientes cómodo, son naturales para ti, fácil, te distraen o te relajan.
Eso que disminuye tu ansiedad, preocupación, malestar o incluso tus resentimientos. A esto se le llama entrar en estado de flujo o la zona, un estado mental operativo en el cual una persona está completamente inmersa en la actividad que ejecuta. Se caracteriza por un sentimiento de enfocar la energía, es lo que te apasiona tanto, que te hace sentir como un niño jugando.
El segundo cuadrante es algo que “El mundo te necesita”
Para los japoneses este cuadrante se sitúa en tus valores, las cosas que te gusta hacer y las cosas para las que eres bueno.
Muchos lo enfocan más en ayudar desinteresadamente para mejorar la vida de los demás, como contribuir en tiempo o con aportes físicos en asilos de ancianos, guarderías, ayudar a los necesitados, hacer obras benéficas, es decir servir a la comunidad, contribuir con el cuidado del planeta, la conservación del medioambiente, el cuidado de las playas y oceanos.
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Entonces si en lo que haces en tu trabajo día a día, sientes que aportas tu granito de arena y haces un mundo mejor, te da un plus de motivación y satisfacción. Si ayudas, motivas, inspiras, enseñas,
significa que encontraste tu vocación.
En este aspecto, ikigai se refiere a sentir que tu trabajo o en lo que estas aportando a la comunidad en este momento hace una diferencia en la vida de la gente o en el mundo.
El tercer cuadrante es “Aquello para lo que eres bueno»
En este cuadrante podemos analizar aquellas habilidades que tenemos desde niños o esa formación profesional en la que tienes experiencia, pueden ser hobbies o pasatiempos, en fin, son esas destrezas que estás dispuesto a realizar con disciplina y compromiso.
Para identificarlas si no la tienes claras puedes observarte tú mismo y hacer una lista de aquellas habilidades naturales que detectas en ti. O también, puedes preguntar ¿para qué eres bueno? a personas en diferentes círculos de tu vida, por ejemplo: familiares, pareja, compañeros de estudios, colegas, mentores, profesores, entre otros.
Esto te ayudará a conocer todas las cosas que los demás ven en ti y que desconoces.
En escencia, los japoneses ven este cuadrante como “la suma de las pequeñas alegrías cotidianas que traen como consecuencia una vida más plena, en conjunto.
El cuarto cuadrante es “Aquello por lo que te pagan»
Y este es el cuadrante que en particular identifico como el más complejo para nosotros porque este se relaciona con el trabajo remunerado. Para nadie es un secreto que trabajamos para cubrir las
necesidades básicas que vienen dadas con la adultez o la madures, con los compromisos familiares, los pagos, las deudas y lo mejor de todo es que se siente fabuloso cuando recibes ese dinerito cada 15
días o a fin de mes.
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Y este cuadrante va de la mano con el segundo y tercero ¿Por qué? Simple porque “Aquello que necesita el mundo”, va relacionado con los oficios o “empleos” que de una forma u otra desempeñamos y “Aquello para lo que eres bueno” o te gusta hacer, va a influir en el trabajo que desempeñes, y si logras trabajar en algo que te guste y para lo que eres bueno ya tienes la mitad del pleito ganado, como decimos en buen dominicano.
En conclusión si logras equilibra lo que se te da bien, te gusta hacer y construye sociedad, y además te va a permitir generar ingresos y abundancia, felicidades lograste conectar lo que te gusta hacer y
aquello para lo que eres bueno con un intercambio de valor, es decir convertiste tu pasiones en un generador de ingresos y a la vez lograste conectar tu Ikigai.
No todo el mundo logra alinear estos cuatro cuadrantes y llevar una vida plena, no es la verdad absoluta pero puede funcionar como una guía para encontrar la trayectoria y ordenar todas las acciones que te
orienten hacia el norte, es decir, tu propósito.
Sobre todo entender que este término “Ikigai” no es una varita mágica es una fórmula que te muestra el camino, y te invita a disfruta cada momento, cada paso que des en la vida. Al final tú eres el dueño de tu vida y tus acciones son las que marcaran tu destino.