Por: Dra. Ysabel Noemi Tejeda Diaz – Nutrióloga Clínica

La alimentación representa una de las prácticas esenciales para la existencia del hombre. El consumo de los diferentes grupos de alimentos recomendados por los profesionales de la salud a partir de herramientas educativas para dotar a la población del conocimiento necesario, garantiza el aporte de los nutrientes requeridos para el mantenimiento del bienestar integral. La selección de los alimentos permite el desarrollo de diversas prácticas impregnadas de significados y subjetividades, las cuales responden a las demandas del contexto social, y por tanto, al establecimiento de algunos patrones idealizados de la imagen corporal.

La promoción de un estilo de vida saludable favorece la práctica de diversas dinámicas sociales cuya finalidad son: longevidad, esbeltez y vigorosidad. El consumo de alimentos de forma adecuada favorece a un equilibrado estado de salud en todas las etapas de vida. En tal sentido, la malnutrición, tanto por defecto como por exceso, así como los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) corresponden a una condición patológica que afecta el desarrollo de la cotidianidad en los aspectos social, afectivo, laboral, intelectual y económico del individuo que la padece.

El desarrollo de comportamiento alimentario humano está determinado por diversos aspectos como son los aportes ancestrales y la producción agropecuaria, así como la “cambiante permanencia” de la cultura alimentaria, lo cual favorece a la construcción simbólica establecida en los diferentes grupos de alimentos de una determinada población. El sentido de significado de los alimentos permite una propuesta teórica para el replanteamiento de los propósitos de dichas acciones en la manera de seleccionar y consumirlos.

El deseo desmesurado por el alcance de un ideal de belleza es uno de los aspectos puntuales impuestos por la secularidad emergente de la sociedad actual, a partir del ego como experiencia humana. Cada vez se adhieren mayor cantidad de sujetos, de ambos sexos, que ambicionan tener un cuerpo perfecto o una belleza similar al de algunas figuras famosas. El culto al cuerpo representa una construcción social determinada por el aspecto antropológico y contextual de la población en cuestión. En estos individuos predomina una constante dedicación hacia el cuidado estético, disfrazado muchas veces, por una aparente preocupación de la salud, donde se organizan en colectivos que reproducen determinadas actividades con el objetivo de alcanzar un ideal impuesto socialmente en cuanto a la apariencia física.

Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim