Por más que algunos brinquen y pataleen, por más que escandalicen difamando a otros, la lucha contra la corrupción y su protectora la impunidad, están en claro camino hacia un punto de no retorno.
El Punto de No Retorno se da cuanto los procesos logran un impulso de tal magnitud que resulta muy difícil, sino imposible, para que la dinámica vuelva patrá.
Tal situación es especialmente importante porque los grandes logros alcanzados por el país en su performance contra el COVID, liderazgo regional en crecimiento económico y baja inflación, históricos logros en exportaciones, generación de empleos, infraestructura vial, turismo, saneamiento de la gestión pública, mejoras en los sistemas judicial y electoral, etc., no habrían sido posible, no en la magnitud gestionada, de no ser por el combate mantenido contra la corrupción y la impunidad.
En todos esos avances hay un eje transversal que se llama CONFIANZA en el país de los inversionistas nacionales y extranjeros, y el turismo, que se basa en el gusto de los visitantes por nuestras playas y bellezas naturales y el trato que les damos, pero que dependen de todo un tinglado de negocios que han registrado los cambios verificados en el país en los temas corrupción e impunidad.
Esa CONFIANZA está cimentada en un gobierno cuya administración mantiene a raya la corrupción administrativa y cuyos funcionarios saben que a quien atrapen fuera de a base es out que le harán.

¿Quiere eso decir que no haya algún despistado o descerebrado que pudiera estar metiendo la pata o tratando de meterla? Sólo Dios lo sabe, pero al que se le demuestre que no sigue la línea trazada en el gobierno, sabe que se arriesga al castigo que le corresponda, además de la vergüenza pública que lo perseguirá eternamente a él y a su familia.
La pasada semana conocimos las opiniones de director de la Conferencia Internacional Anticorrupción, Roberto Pérez Rocha, resaltando la «firme e inequívoca determinación política» del presidente Luis Abinader contra la corrupción.
Testimonió que «ese es uno de los puntos clave para que República Dominicana haya ascendido ocho puntos en el Índice de la Percepción contra la Corrupción, dado a conocer esta semana».
Agregó que «la «brújula moral y ética de liderazgo de Abinader han contribuido a este ascenso, al igual que las reformas a nivel institucional y constitucional, que ayudan a cimentar el trabajo anticorrupción para un mediano y largo plazo».
La Americas Society/Council of the Americas dio a conocer un informe estableciendo que mientras en 2020, a la llegada al poder del presidente Abinader, la Capacidad de Lucha Contra la Corrupción en República Dominicana era de un 2. 16, en los tres años siguientes subió a 5.42, para una mejora equivalente al 151% y escalando RD a la quinta posición de 15 países evaluados (ver gráfico adjunto).
En su La Semanal del lunes pasado el presidente Luis Abinader dedicó alrededor de una hora a explicar cómo su gobierno ha venido avanzando en los cumplimientos de control en Ética e Integridad Gubernamental, Contraloría General de la República y en Compras y Contrataciones Públicas, renglones en los que son modernizadas y arreciadas las medidas para evitar la ocurrencia de escapes.