Continúan las opiniones diversas acerca del tema vigente, relativo a la reforma fiscal, lo cual nos traza el norte para escribir, en vista del interés nacional envuelto.
Al tenor de las claras ejecutorias del Presidente Constitucional de actuar, con equidad y transparencia, para satisfacer las demandas de bienes y servicios del Soberano; debemos recordar que para esto se requieren recursos, pero el proyecto del Gobierno tiende a afectar en mayor grado, como siempre, a los más desposeídos de la fortuna, es decir hace recaer la carga a través de los impuestos indirectos y a la cabeza de estos surge el Impuesto sobre Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) en el que hasta ahora están exentos de este, los bienes detallados en el artículo 343, y los servicios detallados en el artículo 344, de la ley, nos oponemos a su modificación.
Algunos que no son pocos, plantean que se graven todos los bienes y servicios y se establezca una tasa mínima, mientras otros prefieren una selección con una tasa intermedia, pero estos dos postulados a nuestro entender carecen de racionalidad y equidad, ya que de ese modo se mantiene lo criticado en el sistema actual y en todos los anteriores, lo cual no era lo que esperábamos del Gobierno del cambio.
Como hemos expuesto en entregas anteriores el concepto de compensación planteados por los propiciadores de la generalización del tributo aunque su norte podría ser bueno, luce inviable, pues su resultados aunque fueran de la plena satisfacción de los afectados serian tardíos, por sus efectos catastróficos para los más necesitados. Por estas y otras razones, el pueblo dominicano está repitiendo en voz alta que como siempre ha sucedido , la mayor carga recae sobre los impuestos al consumo.