Incertidumbre

Incertidumbre

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

El santanismo sigue siendo uno de los nortes de la sociedad dominicana, aunque no lo parezca y aunque haya resistencia a aceptarlo.

Una buena parte del pensamiento que ha imperado en el modo de gobierno en la República, ha sido el de aceptar “a verdad sabida y buena fe guardada”, como decía la Constitución de 1844 iniciando la institucionalidad republicana con la imposición de la espada contra la razón, lo que ha sido una constante en el ejercicio del gobierno de los sucesivos mandatarios dominicanos, salvo honrosas excepciones.

El choque de las espadas, el ruido del taconeo de las botas se ha impuesto al respeto a los derechos ciudadanos y a vivir al amparo de autoridades cultoras del bien común, más cerca del abuso que del consenso.

Esas son algunas de las causas que permiten que la sociedad acepte “pacíficamente” los abusos de autoridades irrespetuosas de los textos, Constitución, códigos, y prácticas de buenas costumbres, que conforman el derecho consuetudinario impuesto por el tiempo y la experiencia de vida.

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La experiencia social acumulada enseña e induce a la aceptación de la distorsión de las prácticas antidemocráticas, provocando en grupos humanos la creencia de que lo bueno, lo conveniente , es lo que mandan las autoridades, aunque sea por encima de las instituciones y los derechos individuales. El gobierno ha sido, en la República, la fuente de poder político, económico y social impuesto bajo amenazas y abusos.

Ello explica la aceptación callada, cuasi cómplice de cada cambio de gobierno de malo a peor, como si se tratara de un deja vu que aceptamos como real, como cierto.

La primera República, por ejemplo, se debatió entre la lucha de Pedro Santana por reducir la República a un hato en el cual todo se moviera en su alrededor y en su beneficio ¿acaso no fue un acto de corrupción que se le asignara la isla Saona, para aprovechar sus ricos bosques de árboles centenarios, cortarlos y negociarlos? Y más tarde vender la Patria a cambio de un marquesado.

No hablemos de Buenaventura Báez, quien pasó de hijo de esclava al de escurridizo agente extranjero quien siempre tuvo la soberanía nacional como mercancía favorita para ofertar .

Luego, la Restauración creó un nuevo orden , hubo entonces gobiernos elegidos por un año, tanta era la ceguera y la estrechez de miras de los líderes, hasta la llegada del general Ulises Heureaux , quien pese a su visión desarrollista y de progreso cayó en la tiranía y la opresión, el asesinato y el abuso.

No hemos acotejado a ser gobernados a patadas y culatazos y me temo que muchos aceptarían un gobierno haitiano luego de guerra civil que preveo contra los que nos invaden. E

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