Inseguridad, la atribuyen al ocio, crisis familia y microtráfico

Inseguridad, la atribuyen al ocio, crisis familia y microtráfico

José Luis Herrnández, párroco de Cristo Rey.

Inseguridad ciudadana que se manifiesta con robos, asaltos, ocupación de espacios públicos, carencia de servicios fundamentales como agua potable, energía eléctrica, salud y educación, hastían a los habitantes de sectores de Santo Domingo. También, el deterioro de las familias.

Así lo manifestaron por separado cinco sacerdotes de igual cantidad de parroquias, a donde acuden los feligreses preocupados por la situación que padecen, y que en ocasiones limita hasta la asistencia a los templos por temor a ser víctimas de los delincuentes.

José Luis Hernández, párroco de la iglesia San Pablo Apóstol, en La 40 de Cristo Rey, cita la inseguridad ciudadana como el principal escollo que confrontan quienes habitan ese sector, ya que el raterismo está presente en todos lados, a pesar de que por ese lugar inició el programa de seguridad del Gobierno.

Señala, además, la intranquilidad que provocan los denominados “teteos” en establecimientos como colmadones y otros, que al parecer nadie controla, ya que se inician pasadas las 10:00 de la noche y siguen hasta altas horas de la madrugada, sin que nadie intervenga.

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“Aquí cualquiera cierra una calle para una fiesta, los vecinos no pueden dormir, la Policía Nacional hace caso omiso de lo que ocurre, los agentes pasan, pero no hacen nada”, explicó.

De su lado, Pedro Vásquez, párroco de la iglesia San Mateo Apóstol, en Villas Agrícolas; y de Nuestra Señora del Pilar, en el ensanche La Fe, define la inseguridad ciudadana como el mayor problema que enfrentan los parroquianos, que atribuye además al microtráfico y la lucha por puntos de drogas que desestabiliza los barrios.

A esto agrega, la carestía de los productos de la canasta básica y la falta de oportunidades para los jóvenes, tanto para empleos como para estudiar, así como la descomposición familiar, lo que constituye un caldo de cultivo para la delincuencia.

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Llama la atención la gran cantidad de talleres en calles, aceras y otros espacios públicos, pero que, a pesar de alertar a las autoridades municipales, no hacen nada para evitarlo.

Jit Manuel Castillo, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en Villa Duarte, Santo Domingo Este, señala que, además de la inseguridad ciudadana, la zona carece de un servicio agua potable efectivo, de energía eléctrica, pero, también, el “teteo” en algunos lugares patrocinados por jóvenes que instalan sus vehículos hasta altas horas de la noche.

Resalta que la inseguridad ha crecido de tal forma, que la parroquia ha tenido que variar los horarios de algunos actos nocturnos, porque los feligreses temen ser asaltados y atacados por desaprensivos.

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