Invisibles

Invisibles

Claudio Acosta

A riesgo de parecer cruel o cínico debo decir que es una pena que haya muerto en un accidente, cuando era perseguido por miembros del Ejército dominicano y la Policía, un hombre que transportaba en una camioneta a 16 ilegales haitianos, pues ahora no sabremos nunca cómo pudo cruzar con su comprometedora carga los 16 chequeos de la ruta. ¿Habrá encontrado la manera de hacerse invisible, al igual que a los haitianos ilegales que transportaba?

Manuel Espinosa, corresponsal de este diario en San Juan de la Maguana, piensa que sí, pues según afirma es la única explicación posible al hecho de que Yeral Estiben Sánchez, quien murió al estrellarse con una palmera, pudiera cruzar sin ser molestado, “como perro por su casa”, los chequeos en Carrizal, en la Fortaleza Estrelleta, en Trifurcación El Llano-Comendador-Las Matas, la Fortaleza Pedro Florentino, y Las Matas de Farfán- Kilómetro 2 Las Matas-San Juan-Pedro Corto-Los Mangos.

También se queja el veterano corresponsal de que han resultado infructuosos sus esfuerzos por obtener información oficial sobre el fatal accidente con los comandantes policiales y militares de la zona, que parecen haber recibido “órdenes superiores” de no referirse al hecho, que claramente demuestra que la frontera no está tan cerrada para la inmigración como se proclama a los cuatro vientos. Sin embargo logró determinar que el chofer habría cobrado RD$96,000 por trasladar a los 16 extranjeros hasta Santo Domingo, lo que permite calcular que cada uno le pagó RD$6,000.

Aunque no procede ni ayuda a la cacareada transparencia ese mutismo se comprende, pues debe resultar muy difícil para esos oficiales explicarle al país cómo pudo ocurrir algo así cuando la presencia militar en la zona limítrofe ha sido casi duplicada. Pero más doloroso todavía es tener que admitir, como evidencian los hechos, que la frontera tiene tantos agujeros como guardias dispuestos a cobrar peaje para mirar hacia otro lado.