En un tiempo donde la inmediatez parece ser la regla y las noticias falsas una epidemia digital, Javier Herrera, periodista y editor digital vespertino del periódico HOY, recuerda que ejercer el periodismo sigue siendo, ante todo, una vocación que nace del deseo de servir y de buscar la verdad.
Su testimonio, compartido como parte de la serie de entrevistas por el Día Nacional del Periodista, es un retrato honesto y apasionado del oficio en tiempos de transformación.
“Nosotros como periodistas debemos entender la posición y el rol que estamos jugando. No estamos ni para confabularnos, ni para hacer sentir bien al interlocutor. La finalidad es conseguir la verdad y que esa verdad sea verificable”, sentencia, con la convicción de quien ha aprendido en la calle y frente a una máquina en la redacción.
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Herrera combina casi una década de experiencia formal en medios, con una trayectoria marcada por la curiosidad y el esfuerzo. Desde sus inicios, leyendo noticias en una emisora bautista, hasta coordinar los contenidos del portal digital de uno de los periódicos de mayor circulación en el país, su carrera ha estado guiada por una brújula ética clara: servir a la población con información de calidad.
Pero, en el universo digital, ese compromiso enfrenta serios desafíos. “La inmediatez y la democratización de la información están diluyendo la esencia del periodismo. Muchos se enfocan solo en ser los primeros y olvidan ser los mejores”, afirma.
Para Javier, la rapidez no debe ser enemiga de la profundidad. “No se trata solo de publicar, sino de publicar bien”.
Un periodista hecho en la calle
Herrera no se formó únicamente en las aulas. Su verdadero fogueo ocurrió cubriendo audiencias judiciales hasta la madrugada, desmenuzando expedientes complejos, como el caso de Jean Alain Rodríguez y contrastando cifras oficiales con datos reales. “Me apasiona investigar, buscar el dato diferenciador. Ese detalle que todos pasan por alto”, dice con entusiasmo.
No ocultó su nerviosismo al iniciar la entrevista. “La misión del periodista no es ser protagonista. Es cuestionar, escarbar, ir más allá de lo evidente. Cuando uno se entrega al trabajo, la tensión desaparece”, asegura.
El cáncer de copiar-pegar
En un ecosistema mediático plagado de portales improvisados, el periodista digital reconoce que muchos se aprovechan de la facilidad tecnológica para crear medios sin rigor ni ética.
“Hay quienes se lucran del copiar-pegar y eso, para mí, es un cáncer. Afecta a los periodistas serios, a los medios tradicionales, a la sociedad entera”, denuncia.
Herrera subraya la urgencia de una regulación efectiva y critica la pasividad del gremio. “El Colegio Dominicano de Periodistas debería ser más activo, más presente. Hoy parece una entelequia, algo que está porque debe estar, pero no se siente”.
Una mirada periodística
El Día Nacional del Periodista encuentra a Javier Herrera en plena faena: monitoreando titulares, cuestionando cifras, cuidando cada palabra publicada. “Estoy al servicio de la gente”, dice. Y lo dice en serio.
Mientras muchos dudan del futuro del oficio, su voz suena como un llamado urgente a no perder la esencia: la búsqueda honesta, crítica y profunda de la verdad. Apuesta por el periodismo que piensa, que contrasta, que edifica y, al final, como él mismo reconoce con humildad y firmeza: “Para ser buen periodista, hay que ser un buen ser humano”.