José Núñez De Cáceres y el bicentenario de nuestra primera independencia (1821-2021)

José Núñez De Cáceres y el bicentenario de nuestra primera independencia (1821-2021)

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§ 1. Pequeña genealogía: José Núñez de Cáceres y Albor nació en la ciudad de Santo Domingo el 14 de marzo de 1772 y falleció en La Victoria, capital del estado de Tamaulipas, México, el 12 de septiembre de 1846, a consecuencia “de changros en la cabeza”, según acota en Carlos Larrazábal Blanco, y que hoy se conoce como derrame cerebral.

Véase Familias dominicanas (Santo Domingo: Academia Dominicana de la Historia, t. V, 1975, pp. 352-353), obra que abrevio en lo adelante así. FM, seguido del número de la página).

En una carta de Januario Álvarez al Dr. Valentín Gómez Farías, citada por Emilio Rodríguez Demorizi en Santo Domingo y la Gran Colombia. Bolívar y Núñez de Cáceres, Santo Domingo: Academia Dominicana de la Historia, 1971, p. 190) se afirma que el deceso fue el 11. Los padres de José Núñez de Cáceres fueron el agricultor español, quizá de origen extremeño, Francisco Núñez de Cáceres y María Albor. La madrina del niño fue Lucía Morales (FM, 252).

§ 2. Los apellidos Núñez y De Cáceres aparecen documentados en Larrazábal desde 1626 con el matrimonio del alférez Jerónimo Núñez y Ana de Cáceres. Se verá que los nombres de Jerónimo, José y Francisco serán recurrentes hasta la generación de José Núñez de Cáceres y Albor y estarán ligados a la burocracia colonial (FM, 351).

§ 3. La infancia, la niñez y la pubertad de Núñez de Cáceres se desenvolvieron en la indigencia. Su padre quiso convertir a su primogénito en el heredero de sus predios agrícolas, pero este se inclinó por los estudios y el padre le negó todo apoyo material y espiritual al desarrollo de su vocación.

Es por esta razón que el niño Núñez de Cáceres fue criado por su tía María Núñez con verdadero amor de madre y le brindó todo el apoyo para que siguiera los impulsos de su vocación: los estudios.

Para ayudarla a sostener el hogar, se vio obligado a vender palomas y otras aves en las calles de la ciudad, según lo apunta José Gabriel García en la bien documentada y ponderada biografía del prócer en su libro Rasgos biográficos de dominicanos célebres (Santo Domingo: Del Caribe, 1971 [1875], pp. 137-181.

§ 4. La férrea voluntad del joven Núñez de Cáceres vio el resultado de sus esfuerzos al graduarse de doctor en leyes en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Santo Domingo en el año de 1795 y en ese mismo centro de enseñanza ganó una cátedra por oposición y al mismo tiempo ejercía su profesión de abogado cuando en 1795 le sorprendió la nueva del Tratado de Basilea.

Rufino Martínez, el Tucídides dominicano, en uno de las mejores biografías de Núñez de Cáceres, en la que su pluma nos coloca como en un filme a revivir la vida de este prócer día por día, acota lo siguiente: «El trascendental cambio político sufrido por la colonia [el Tratado de Basilea] le hizo emigrar a Puerto Príncipe [capital de Camagüey], Cuba, en cuya Audiencia tuvo un empleo, entrado el siglo XIX.

Reintegrado la Colonia de Santo Domingo a la Monarquía Española logró Núñez de Cáceres ser trasladado a ella el año 1810 con el mismo empleo que estaba desempeñando (…) Núñez de Cáceres, aunque educado con todos los formulismos y dogmatismos coloniales, resultó una individualidad avanzada, respecto a sus conterráneos de actividad mental». (Diccionario bibliográfico-histórico dominicano (1821-1930). Santo Domingo: De Colores, 1997[1971], p. 386).

El cargo desempeñado en Cuba por Núñez de Cáceres al que alude Rufino Martínez fue el de teniente gobernador, asesor general y auditor de Guerra, puesto desde el cual asumirá una posición de defensa de los intereses de los criollos: «… tenía facultad de control sobre todos los ramos de la administración pública, inclusive la función judicial; en su mano estaba el inclinarse favorable o desfavorablemente al interés público; decididamente lo hizo en el primer sentido, necesitando para ello, porque aparejaba el enfrentársele a los intereses creados, mantener firmeza de carácter». (Ibíd.).

§ 5. Es en este escenario que va de la reincorporación de Santo Domingo como provincia de España a raíz del sucedido de Palo Hincado en 1808 con la expulsión de los franceses hasta finales de 1820, período denominado de la España Boba, que la personalidad de Núñez de Cáceres, con todos estos poderes concentrados en sus manos, que se dedicará en cuerpo y mente a construir el tinglado de lo que subyació y fue sofocado por Juan Sánchez Ramírez: la independencia de la parte española de la isla de cara a su metrópoli.

§6. Núñez de Cáceres, imbuido de las ideas de la Ilustración y de la Revolución francesa logró la realización de su sueño al proclamar el 1 de diciembre de 1821 el Estado Independiente de Haití Español, el cual había vislumbrado como posibilidad desde que estalló en 1810 el grito de independencia de Miguel Hidalgo en México y de Bolívar en el mismo año en Venezuela y cómo comenzó a agitarse todo un continente en torno a esta idea luego del derrumbe de la monarquía española con la invasión de Napoleón a España y Portugal y el establecimiento de las Cortes de Cádiz.

El abandono total de España de la recién reincorporada provincia de Santo Domingo a la metrópoli y la miseria que venía de hacía un siglo, aceleró el proyecto de Núñez de Cáceres y se verán las razones de su fracaso momentáneo y el resurgimiento, veintitrés años después, del sueño independentista de la Efímera, continuado por la mente creadora de Duarte y la mano ejecutora de Francisco del Rosario Sánchez, en ausencia forzada del líder.

En síntesis

§ 7. La personalidad de este Núñez de Cáceres, sujeto múltiple y coherente con su idea de un liberalismo moderado primero y luego de un liberalismo radical, me lleva a examinar su actuación en cuatro facetas, a saber

1) Su actuación en Santo Domingo desde el 1 de diciembre de 1821 hasta el 9 de febrero de 1822 con la entrega de las llaves de la ciudad de Santo Domingo a Juan Pedro Boyer y la lógica salida al exilio del autor de nuestra primera independencia;

2) Su actuación sobresaliente como defensor de su liberalismo radical en Venezuela a la llegada a ese país el 23 de abril de 1823 por el puerto de La Guaica con su familia en pleno y con su imprenta a cuestas, la que le permitirá desplegar toda su inteligencia política al fundar tres periódicos en Caracas para apoyar las ideas de Bolívar primero y, luego, las de la separación de Venezuela del proyecto bolivariano de la Gran Colombia al lado de José Antonio Paéz, quien luego de la llegada del Libertador a Caracas claudica ante el genio del verdadero guerrero y política y abandona a su suerte el compromiso que había asumido junto a un grupo de seguidores de esta separación, en razón de que Bogotá, capital de la Gran Colombia, con Santander a la cabeza, drenaban los recursos económicos, educativos y culturales únicamente a favor de su causa y no de los demás países miembros de esa confederación;

3) La desbandada del proyecto, pese a que Bolívar le ofreció un cargo público a Núñez de Cáceres, este prefirió solicitarle pasaporte para dirigirse a México y se le concedió su petición y salió en 1827 hacia el puerto de Veracruz, no sin antes permanecer primero en Puebla de los Ángeles, San Luis Potosí, México capital y, finalmente, en La Victoria, capital del Estado de Tamaulipas, lugar donde tendrá una actuación brillante como alto funcionario y como seguidor de las ideas del liberalismo radical del Dr. Valentín Gómez Farías, varias veces vicepresidente y presidente interino de México; y,

4) examinar el rol de un padre de familia ejemplar que canalizó en cada uno de sus hijos el cultivo de la inteligencia, el ideal de virtud senequista, la idea de un compromiso social con la comunidad que les acogió en su peregrinaje por estos dos países y dejar un legado intelectual en las sociedades donde vivieron. (Continuará).

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