La periodista Josefina Navarro, vicepresidenta sénior de Comunicación Corporativa y Responsabilidad Social del Banco BHD León, entiende que la crianza de sus dos hijos: José Eduardo, de 20 años y Mariana, de 13, se ha cimentado sobre la base del amor, la fe y valores humanos.
Narra que proviene de una familia en la que el amor y la unión son muy fuertes, y eso le ha transmitido a sus hijos, además de la confianza y el respeto mutuo.
Define a su prole como la luz de sus ojos, los amores de su vida.
Ve en José Eduardo a un joven sensible, sumamente solidario, creativo y a la vez analítico, con una inteligencia mordaz y gran sentido del humor, mientras que Mariana es divertida, intuitiva, le gusta entender el por qué de las cosas y del comportamiento humano.
También es muy analítica. ‘Mi Chedu’ y ‘Mi Corazón de Chocolate’, como ella cariñosamente les llama, comprenden su trabajo y el ritmo de vida que ha llevado. “Podría decir que son muy indulgentes conmigo… Siempre he dicho que mi gran pesar es no haberles podido dedicar más horas del día”.
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Cuenta que José Eduardo ya es un joven adulto y Mariana una adolescente y están en un punto en el que el nivel de demanda de su presencia no es alto. “Sin embargo, sé que hay una demanda emocional, de guía, de orientación que, aunque no siempre la expresen o identifiquen, yo debo estar consciente de que existe y tratar de suplirla”.
Cómo divide el rol de ejecutiva y madre
“Es un reto que suele ser difícil, pues como gran parte de las mujeres dominicanas, tengo que dedicar mucho tiempo a mi actividad laboral y compromisos profesionales”.
Por sus hijos- dice- aprendió a cocinar para que ellos recuerden alguna comida de la mamá. “Cuando hice el primer arroz con habichuelas y carne ellos no lo creían. ¡Ja, ja, ja, ja!”.
¿La crianza de hoy día?
La comunicadora la analiza como una especie de montaña rusa, ya que es un rol de entrega absoluta, cargada a veces de miedos y, muchas otras, de satisfacciones, de esperanza y de admiración.
“Mis hijos nunca dejan de sorprenderme día a día, así que siempre vamos comenzando, con errores y aciertos y, debo decir siempre con comprensión y amor.