Londres. El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, afirmó en una entrevista con Efe que ve más cercana su salida de la Embajada de Ecuador en Londres tras el dictamen de la ONU que pide su liberación y aseguró que no teme los riesgos que afrontará cuando abandone el que ha sido su refugio desde junio de 2012.
“No le tengo miedo a nada, pero entiendo cual es mi situación”, dijo Assange en una conversación telefónica en la que mostró confianza en que Suecia y el Reino Unido permitirán pronto que abandone la legación, aunque Washington todavía quiere someterle a un juicio por la filtración de miles de cables diplomáticos en 2010, en el que podría afrontar la pena de muerte.
“Una vez pase un cierto periodo en el que querrán salvar las apariencias, confío en que veremos como Londres y Estocolmo respetan sus obligaciones internacionales”, afirmó el activista, que por motivos de seguridad rehúsa desvelar a dónde planea trasladarse cuando pueda abandonar la capital británica.
El “hacker” australiano ve la resolución del Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU del 5 de febrero, que pide que se respete su “libertad de movimientos”, como una “enorme victoria” personal sobre tres países. “De un lado estaba yo y del otro tres Estados. De manera formal, estaban Suecia y el Reino Unido, y de manera informal, Estados Unidos”, describió Assange.
El fundador de WikiLeaks, cuyo equipo legal está liderado por el exjuez español Baltasar Garzón, aseguró que el organismo internacional ha sufrido “serias presiones políticas” por parte de Washington y que “una victoria en esas circunstancias demuestra la integridad de los juristas” que componen el Grupo de Trabajo.