Gustavo Rodríguez 
El inmortal Julián Javier, muestra su galería de los grandes recuerdos de su carrera con los Cardenales y Aguilas. Carlos Alonzo.
Julián Javier fue un jugador que se destacó como un caballero dentro y fuera del terreno de juego, donde su calidad la demostró durante varias temporadas
La leyenda mundial del béisbol Julián Javier siente una gran felicidad por su elección para ser exaltado en el Salón de la Fama de los Cardenales de San Luis, un acto histórico para su brillante carrera que se llevará a cabo el 27 de este mes, en Ballpark Village, en San Luis, Estados Unidos.
“Llegó el momento por fin se recordaron de mí, para ocupar un lugar en el Salón de la Fama de los Cardenales, al que yo siempre esperaba, por su mi gran labor que tuve en mi carrera de 11 años con el popular conjunto de la Liga Nacional y estar junto a mis compañeros”, apuntó Javier.
El inmortal del deporte estuvo muy emocionado al conversar con redactores de Hoy, pues estaba celebrando su cumpleaños 86, junto a su familia y amigos, encabezando el doctor José Aníbal García, amigo de la familia , en su residencia en San Francisco de Macorís.
Héroe de Serie Mundial
Manifestó que uno de los mejores momentos con los Cardenales, fue en la Serie Mundial de 1967, entre los Cardenales y los Medias Rojas de Boston, donde le rompió un juego sin hit al estelar Jim Lonborg, con un doblete además le dio un jonrón para darle la victoria a su equipo. El dramático doblete fue en la octava entrada, donde sacó la cabeza por su combinado.
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Venció el racismo
Javier, un cibaeño de pie a cabeza, su gran amor y jugar con el corazón, pudo vencer los problemas raciales, en esa época en base a su decisión, lo superó.
Pues fueron años muy difíciles para los latinos y los jugadores de color. La familia y amigos le acompañaran.
El inmortal del Deporte dominicano, manifestó con gran alegría que en el acto de su exaltación estarán presente sus hijos, nietos y bisnietos, además amigos del país y de San Luis, para recordar los grandes tiempo de su participación en la década del 70.
“Estarán presente nietos, bisnietos y amigos, de Nueva York, Holanda, San Luis, entre otras naciones para sentirme más feliz”, dijo.
Estará junto al jardinero Matt Holliday y el difunto Charlie Comiskey, primera base/dirigente.
Javier fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano en 1978; su hijo Stanley fue incluido 31 años después en 2009.
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Javier Liranzo, nació el 9 de agosto de 1936 en San Francisco de Macorís, militó en los Cardenales de San Luis (desde 1960 hasta 1971) y en los Rojos de Cincinnati (1972). Es el padre del también exjugador de Grandes Ligas Stanley Javier.
Julián fue un buen bateador de contacto, quien se caracterizaba por batear rectas alta. También fue bueno haciendo hit and run, y uno de los mejores tocadores en la liga. Fue muy bueno contra lanzadores zurdos. Un corredor inteligente, que corría lo suficientemente rápido fuera del plato para evitar jugadas de doble matanza, y nunca dudó en tomar base extra. En segunda base, Javier era un maestro en el manejo de rodados lentos, con buen brazo para ambos lados, acertado en el enganche del giro.
Javier, elegancia en deslizamiento
El fantasma
Le llamaron “The Ghost”, en español “El Fantasma” por la manera como desaparecía de los jugadores deslizándose en segunda base tratando de derribarlo en las doble matanzas y por su elegancia en el juego, su rapidez y la manera de como aparecía de repente haciendo jugadas con su guante.
