Juramento Trinitario Juan Pablo Duarte: existen hombres puros en el mundo

Juramento Trinitario Juan Pablo Duarte: existen hombres puros en el mundo

Parte 2/3

Durante un período que abarcó aproximadamente 22 años, Haití ejerció su dominio sobre lo que hoy es República Dominicana, desde la ocupación inicial haitiana entre 1804 y 1809 hasta la unión formal que se extendió desde 1822 hasta 1844. La ocupación haitiana comenzó bajo el mando de Jean-Pierre Boyer, y llegó a su fin el 27 de febrero de 1844 con la proclamación de la Independencia Nacional de la República Dominicana. Este período histórico estuvo marcado por la resistencia y los movimientos independentistas, destacándose la fundación de la Sociedad Secreta La Trinitaria el 16 de julio de 1838 por Juan Pablo Duarte y otros patriotas dominicanos. Duarte enfrentó una serie de desafíos, que incluyeron la oposición de sectores conservadores y la intervención extranjera, así como conflictos internos dentro del movimiento independentista. La proclamación de Independencia el 27 de febrero de 1844 marcó el establecimiento del primer Gobierno dominicano.

Puede leer: En primera persona la desaparición de Flavio Rafael y el suicidio de Leónidas Emerson

El Juramento Trinitario como estrategia sirvió para fortalecer la cohesión del grupo, generar confianza, reforzar la responsabilidad de los individuos hacia los valores, acciones, principios y fines de los miembros de la Sociedad. Se trata de un juramento de fidelidad a los ideales de hombres en pos del más alto tesoro: la libertad. El lenguaje utilizado es formal y cargado de simbolismo patriótico y religioso. Se utilizan estrategias de motivación y compromiso, como el juramento ante Dios y el Mundo, para unir a los miembros en su causa. Duarte incluye mensajes implícitos como la importancia de la lealtad, el honor y el sacrificio en la lucha por la Independencia. También sugiere la necesidad de mantener la unidad y el secreto entre los miembros para evitar la detección y la represión por parte de las autoridades. Veamos el juramento de primera mano:

Juramento Trinitario (escrito por Juan Pablo Duarte):

“En nombre de la Santísima, Augustísima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente: Juro y prometo por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del Gobierno haitiano, y a implantar una República libre e independiente de toda dominación extranjera que se denominará República Dominicana, la cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos, encarnados y azules, atravesados con una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales: Dios, Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el Mundo, si tal hago, Dios me proteja: Y de no, me lo tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición, si los vendo” (Rodríguez-Demorizi, Boletín AGN:32, 1914, pgs. 23-48).

Respecto a la estructura cognitiva, el juramento gira en torno a la idea de la lucha por la Independencia y la formación de un grupo clandestino para llevar a cabo su objetivo. En cuanto a la macro estructura, incluye la declaración del juramento y los objetivos de la sociedad secreta, mientras que la microestructura detalla los procedimientos para mantener el secreto y la seguridad del grupo, asegurando un castigo por la traición. Situado en el contexto de la lucha por la Independencia de la República Dominicana en el siglo XIX, marcado por tensiones políticas y sociales con Haití y otras potencias extranjeras, el juramento claramente refleja una ideología nacionalista y patriótica, centrada en la defensa de la soberanía y la identidad dominicana frente a la dominación extranjera.

El Juramento Trinitario es una promesa solemne, un compromiso formal, hecho por hombres valerosos. Se enmarca en un contexto histórico y político específico: la lucha de República Dominicana frente al Gobierno haitiano y otras influencias extranjeras. El juramento como práctica social refleja la intención de un grupo de hombres de unirse para luchar por la independencia de su país. Este acto tiene implicaciones profundas en la sociedad dominicana de la época y en la construcción de la identidad nacional. El objetivo incluye enfrentar los desafíos que implica la resistencia y la posible represión por parte de las autoridades haitianas y otras potencias extranjeras. Por otro lado, Duarte como estratega avezado, logró legitimar la causa de la Independencia y la formación de la sociedad secreta Trinitaria a través de referencias religiosas y patrióticas.

El juramento puede reflejar ciertos sesgos y limitaciones inherentes a su contexto histórico, como la exclusión de ciertos grupos sociales o la simplificación de las complejidades políticas y sociales de la época., lo cual se entiende y justifica, ya que los juramentos tienden a simplificar los problemas políticos y sociales al presentarlos en términos claros, definidos y breves. Esto puede llevar a una comprensión limitada de los problemas reales, ignorando las diversas perspectivas y matices que existen en torno a un tema determinado; pero en el caso de los nueve miembros, lo dominaban. Hemos de reconocer que era necesario que la sociedad fuera secreta en vista no solo de la presión social sino de la represión política (promover la independencia o la resistencia era severamente castigado con encarcelamiento o incluso la ejecución). Además, debían cuidarse de la posible infiltración de espías e informantes que podrían poner en peligro sus vidas y planes. Igualmente, había desconfianza en la población entre aquellos que no estaban involucrados en la lucha o entre los que temían acciones negativas de parte de Boyer. Esto podría haber llevado a una mayor represión por parte de las autoridades y a la división dentro de la sociedad dominicana. Los miembros de la Trinitaria enfrentaban riesgos significativos, incluyendo la posibilidad de ser arrestados, torturados o asesinados por las autoridades haitianas.

Los juramentos también pueden ser utilizados como herramientas de manipulación política, una vez que las personas se juramentan frente a un líder o ideología pueden sentirse atados o comprometidos a tal punto que pueden terminar sintiendo una presión tan severa que con facilidad se convierte en manipulación. Pero ya hemos hablado de Juan Pablo Duarte, cuya pureza, inteligencia, perseverancia y liderazgo natural eran cualidades que adornaban su carácter. Duarte había forjado su personalidad bajo el anhelo ferviente de liberar a su pueblo del yugo extranjero y todo él brillaba con una luz inextinguible que inspiraba. El temor de la manipulación no existía. Los miembros de La Trinitaria eran hombres defensores de la patria que bebían de su ejemplo para nutrir sus ideales y mantener viva la llama de la esperanza que circulaba libremente, limpiando las impurezas del camino y dejando un legado de transparencia y honestidad, impregnando cada movimiento con un recto pensar, hablar y actuar…

El lenguaje utilizado en el juramento es formal y cargado de simbolismo patriótico y religioso. Se emplean términos y expresiones que evocan un sentido de solemnidad y compromiso, como «En nombre de la Santísima, Augustísima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente» y «Juro y prometo por mi honor y mi conciencia». Además, se hace referencia a la figura del presidente Juan Pablo Duarte como una autoridad moral y líder de la causa independentista. El texto también incluye términos específicos relacionados con la organización y el funcionamiento de la sociedad secreta La Trinitaria, como «consocios», «juramento», «toques de comunicación» y «alfabeto criptológico», que reflejan la estructura y las estrategias de este grupo clandestino.

Los símbolos incorporados en el Juramento Trinitario, como la Trinidad, la cruz blanca y el pabellón tricolor, emergieron como elementos emblemáticos arraigados en la identidad nacional dominicana. Personifican los valores fundamentales de la libertad, la unidad y el patriotismo, y se entrelazaron en el tejido cultural y la memoria colectiva de la nación dominicana. El Juramento Trinitario, al paso del tiempo, se convirtió en un componente indispensable del acervo histórico ligado a la lucha por la emancipación de la República Dominicana. Y fue así, para gloria de nuestra nación, que tal como lo refirió Emilio Rodríguez Demorizi en el artículo original publicado en Boletín del Archivo General de la Nación, núm. 32, C. T., enero-abril de 1914, págs. 23-48 y luego en la revista Clio digital (núm. 86, p.5) de la Academia Dominicana de la Historia: “El solemne juramento del 16 de julio de 1838 estaba cumplido. De LA TRINITARIA, como Minerva del cerebro de Júpiter, había nacido la República Dominicana.