Justicia y clima de negocios

Justicia y clima de negocios

J. LUIS ROJAS.

En estos tiempos, mediatizados por el continuo desarrollo de las tecnologías al servicio de la información y la comunicación, todo lo que acontece en un país se dice, se sabe y se transforma en información pública en pocos segundos. Las malas decisiones y actuaciones de los ciudadanos y de los líderes políticos, empresariales y sociales de un país, se convierten rápidamente en noticias negativas, las que en el corto plazo terminan afectando la imagen pública y el buen clima de negocios del país donde éstas se han producido.

Las últimas decisiones y actuaciones adoptadas por algunos jueces han impactado negativamente la imagen pública y el clima de negocios de República Dominicana. Por el bienestar de las presentes y futuras generaciones, es urgente que las organizaciones sanas de la sociedad realicen esfuerzos mancomunados que contribuyan a recuperar la imagen de credibilidad y confianza de la justicia dominicana.

En los países que promueven la inversión extranjera como parte de sus estrategias de desarrollo, la objetividad, la transparencia y la profesionalidad del talento humano que administra la justicia se asume como eje estratégico para garantizar la institucionalidad, la democracia, el Estado de Derecho y garantizar un clima de negocios creíble y competitivo.

Un buen clima de negocios consiste en crear las condiciones tangibles e intangibles necesarias para que inversionistas locales y extranjeros planifiquen, ejecuten y controlen actividades que generen utilidades en un ambiente competitivo. Para garantizar la sostenibilidad de un clima de negocios, es imprescindible que exista un sistema judicial confiable, recursos humanos bien formados, estabilidad política, seguridad ciudadana, precio competitivo de los combustibles, calidad del servicio energético, disposición tecnológica, costo de la seguridad social, estabilidad macroeconómica, eficiencia del sistema tributario, entre otros.

En estos tiempos, mediatizados por el continuo desarrollo de las tecnologías al servicio de la información y la comunicación, todo lo que acontece en un país se dice, se sabe y se transforma en información pública en fracción de segundos. Cuando el Poder Judicial pierde credibilidad, debido a que las decisiones y actuaciones de sus miembros carecen de ética, objetividad y profesionalidad, los inversionistas extranjeros ni siquiera piensan en la posibilidad de hacer negocios en lugares donde las leyes no se aplican a todos por igual.

En los países donde las decisiones y actuaciones de las instituciones que conforman el sistema judicial dependen de los intereses y caprichos de los que sustentan el poder político y económico, no es posible crear un clima de negocios confiable y competitivo. Hoy, los países que logran crear, mantener y proyectar en los mercados exteriores una imagen pública creíble y un clima de negocios sustentado en ventajas competitivas sostenibles, tienen más posibilidades de captar mejores inversionistas foráneos.

Desde que las ideologías políticas dejaron de ser un obstáculo para que los Estados y gobiernos establecieran relaciones comerciales y diplomáticas, los países en vía de desarrollo han estado realizando esfuerzos tendentes a crear y mantener climas de negocios confiables y sostenibles, que les permitan captar inversiones extranjeras sanas, a través de las cuales se generen empleos decentes y se incrementen los ingresos fiscales para poder implementar políticas públicas que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos.

Siempre se ha dicho que las inversiones extranjeras sanas y responsables, constituyen una de las tablas de salvación de los países en vía de desarrollo. Esta aspiración se logra en la medida que el liderazgo político, empresarial y social local se compromete a crear un clima de negocios competitivo, que genere credibilidad y confianza a los posibles inversionistas foráneos.