Aunque quiso bajarle algo cuando dijo estar confiado en que finalmente se impondrá el buen juicio ya que el Gobierno no se atreverá a tanto, más que una advertencia, como la describió el reportero de El Nacional que hizo la crónica de las declaraciones del Secretario General del PLD, el exsenador de Monte Plata Charlie Mariotti, hay que considerar como una amenaza que desde la trinchera peledeísta haya expresado que la negativa a entregar los recursos para el financiamiento de las campañas de los partidos de cara a las elecciones presidenciales y congresionales del próximo 19 de mayo crearía un ambiente peligroso para la estabilidad social y política del país.

Como el mensaje que Mariotti quiso enviar a la opinión pública fue tan claro y directo, la pregunta es obligada y también directa. ¿Quiere eso decir que el PLD enviará su militancia a las calles a provocar la inestabilidad política con la que amenaza al gobierno, pero también a la sociedad dominicana toda, con la excusa de reclamar esos recursos?

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Y digo que la pregunta es obligada porque más allá de los peledeístas que a estas alturas están dispuestos a jugársela por su partido, que sospecho no son tantos como calcula el Secretario General, ningún ciudadano o ciudadana va a salir a las calles a manifestarse para reclamar unos recursos que las cúpulas de los partidos gastan sin rendirle cuentas a nadie no obstante tratarse de dinero público.

Siempre se ha dicho, y ha sido comprobado tantas veces, que la desesperación es muy mala consejera, mucho más si se agrega la falta de inteligencia política, que por lo que se ha visto y escuchado en estos días de campaña electoral escasea en la cúpula del PLD.

Que no acaba de darse cuenta, atrapada en una fase de negación de la realidad política que puede costarle muy cara, que no está en condiciones de hacer esa clase de amenazas pues el partido que fundó el profesor Juan Bosch no es, hoy por hoy, ni la sombra de lo que alguna vez fue.