Por: Rosa Cañete Alonso
«¡Este movimiento debe ser apolítico!»
Es algo que he escuchado muchas veces en diversos movimientos sociales en los que he participado. Parece que «político» se usa como insulto, pero lo que muchos no comprenden es que la política está presente en lo que hacemos en las protestas, en las juntas de vecinos o al opinar en redes sociales. La política va más allá de la militancia partidaria o de las elecciones; tiene que ver con la toma de decisiones colectivas, las relaciones de poder y cómo nos organizamos para decidir sobre lo común. Como señala Hannah Arendt, se trata de estar juntos entre los diversos.
Amartya Sen nos recuerda que el verdadero espíritu de la democracia radica en el debate público razonado, el cual ocurre a diario, transformando los valores de una sociedad y, por ende, sus prioridades. Esta participación cotidiana en la definición de lo importante también es participación política.
En la Encuesta de Cultura Democrática (ECD) se recopiló información sobre la participación política en República Dominicana entre 2022 y 2023, tanto en partidos políticos como en otras formas de toma de decisiones colectivas.
Alta participación partidaria
La militancia en partidos sigue siendo una de las formas más conocidas de participación política. Según la ECD, el 22% de la población dominicana milita en un partido político, lo que difiere de la tendencia global de desconexión entre ciudadanos y partidos. Entre abril de 2022 y abril de 2023, la afiliación partidaria aumentó en 2.8 puntos porcentuales, sumando más de 200,000 personas.
El perfil de la militancia revela que los hombres y las personas mayores son quienes más participan. Mientras solo el 13.7% de los menores de 35 años están afiliados a un partido, el 30% de los mayores de 54 años sí lo están. Esta tendencia coincide con un desinterés mundial en las formas convencionales de participación política, especialmente entre los jóvenes. A nivel de género, el 24% de los hombres milita, en comparación con el 19% de las mujeres, lo que refleja las barreras históricas que han enfrentado las mujeres en la política.
A nivel nacional, la desigualdad es evidente en los cargos de poder. República Dominicana tiene el menor porcentaje de mujeres en puestos ministeriales de la región, con solo dos ministras en 23 ministerios (8.7%), y solo el 10% de las alcaldías están ocupadas por mujeres.
No obstante, casi no hay diferencias significativas en la militancia partidaria según el nivel de ingresos o educación. Tanto las personas sin estudios (21.6%) como aquellas con educación universitaria (21.4%) presentan tasas similares de afiliación. Igualmente, en el 20% más pobre, el 24.5% milita en partidos, comparado con el 23.6% del 20% más rico.
Este panorama dominicano se desvía del patrón global, donde las personas con mayores ingresos, mejor educación y residentes urbanos tienden a participar más en partidos. Esto sugiere dos hipótesis: o bien el sistema de partidos en República Dominicana es más inclusivo, atrayendo a personas sin distinción socioeconómica, o el clientelismo juega un papel importante. La gente podría afiliarse no por ideología o para impulsar valores en la sociedad, sino para obtener acceso a empleos, contratos o servicios públicos.
Participación política no partidaria
El 26% de la población dominicana participa en organizaciones comunitarias, mostrando un fuerte compromiso cívico a nivel local. Tres de cada diez personas se involucraron en resolver problemas colectivos en sus comunidades el año pasado. La segunda forma más común de participación política entre 2022 y 2023, aparte de la afiliación partidaria, fue visitar instituciones o contactar a políticos, actividad en la que participó el 14.5% de la población.
Entre abril de 2022 y abril de 2023, las formas institucionalizadas de participación política no partidaria fueron predominantes. Sin embargo, se observa el auge del ciberactivismo y la participación política a través de nuevas tecnologías. La participación varía dependiendo del contexto; por ejemplo, si la encuesta se hubiera levantado en el 2020 o ahora en la discusión de la reforma fiscal, es probable que hubiera mayor respuesta en la participación en formas no institucionales.
La ECD identifica tres brechas en la participación política no partidaria: mujeres, jóvenes y personas con menor nivel educativo tienden a participar menos en estas actividades. La brecha de género es más notable en la expresión de demandas a través de medios tradicionales y digitales, así como en el contacto directo con autoridades electas.
Los jóvenes, por su parte, se alejan de la política tradicional y prefieren involucrarse en formas no institucionales, como las protestas. Mientras que el 8.9% de los menores de 35 años se moviliza colectivamente, solo el 3.8% de los mayores de 45 años lo hace.
Influencia de la militancia en la participación no partidaria
En República Dominicana, la afiliación o simpatía hacia los partidos políticos influye fuertemente en la participación política. Las personas militantes y simpatizantes participan más en actividades políticas, especialmente en organizaciones comunitarias, que aquellos sin afiliación o simpatía. Esto sugiere que la frontera entre la participación política partidaria y no partidaria no está bien definida, ya que la influencia partidaria es alta incluso en lo que se define como no partidario.
Conclusión
La participación política activa, tanto partidaria como no partidaria, es fundamental para el fortalecimiento de la democracia. En República Dominicana, esta participación contribuye a mejorar los indicadores de calidad democrática, como se observó en 2020. Cuando la ciudadanía se involucra, la democracia se vuelve más sólida y receptiva a las demandas ciudadanas.