La Cámara Baja decidió finalmente postergar hasta las doce del mediodía del jueves (17.00 GMT), la séptima votación
El republicano Kevin McCarthy, hasta el martes favorito para convertirse en el nuevo presidente de la Cámara Baja de EE.UU., fracasó este miércoles por sexta vez consecutiva en su intento por hacerse con el puesto tras no conseguir los apoyos necesarios.
McCarthy, que lidera a los conservadores en la Cámara Baja, donde tienen una ajustada mayoría, no logró persuadir a algunos representantes del ala más derechista de su partido, que desde el martes impiden su nombramiento apoyando en bloque a candidatos alternativos.
El líder republicano volvió a recabar, como en las dos votaciones anteriores de este miércoles, 201 votos, lejos de la mayoría de 218 que normalmente se necesita para ser elegido.
El demócrata Hakeem Jeffries, por su parte, volvió a recibir, por sexta vez consecutiva, los 212 votos de su partido.
Por último, el representante republicano por Florida Byron Donalds volvió a hacerse con los 20 votos díscolos del Partido Republicano. Hubo además una abstención republicana.
Momentos antes de la sexta votación, el líder de ese grupo de ultraconservadores, aglutinados bajo el llamado Freedom Caucus, Scott Perry, pidió el voto para Byrons en un apasionado discurso en el que animó a sus compañeros a “arreglar” Washington.
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Según Perry, el hecho de que hayan pasado 100 años desde la última vez que hizo falta más de una votación para elegir a un presidente de la Cámara de Representantes es muestra de que cambiar las cosas “va a ser muy difícil». Esos ultraconservadores critican a McCarthy por no haber negociado con ellos una reforma del reglamento de los debates ni los nombres para liderar los comités del Congreso en la nueva legislatura.
El reglamento no contempla otra alternativa a que se sigan repitiendo votaciones hasta que alguien logre la mayoría necesaria, por lo que será necesaria al menos una séptima, que podría tener lugar este jueves, si los representantes deciden aplazar la sesión. “Republicanos, no conviertan un gran triunfo en una derrota gigante y vergonzosa”, expresó Trump.