La chopa

La chopa

Tahira Vargas García

La chopa. Las trabajadoras domésticas son un actor invisible en el hogar dominicano, a pesar de ser parte de la estructura familiar, no se le reconoce. Su presencia en los hogares de estratos medios y altos genera interacciones bañadas de la mezcla entre relaciones familiares y discriminación social.

Dentro de muchos hogares encontramos un continuo roce de relaciones de desigualdad social que se expresan en la exclusión de la trabajadora doméstica para compartir espacios como la comida en la mesa y los espacios de fiesta-encuentro familiar. En algunos casos se producen casos de abuso sexual de hombres miembros del hogar hacia trabajadoras domésticas y se mantienen ocultos.

Una de las expresiones de discriminación hacia la trabajadora doméstica es el uso del término “Chopa”, el cual tiene una fuerte connotación despectiva. Este término evidencia la distancia social y las diferencias de clases.

Otro elemento que explicita las diferencias de clases es la demanda continua y sin límites a “servir”. Esta lógica de servicio continuo que debe ofrecer la trabajadora doméstica representa una cierta continuación de la lógica servilista de la esclavitud.

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Se usa como objeto de bullying, humillación y maltrato. Alrededor del término “Chopa” se ha construido comedias, caricaturas que reflejan la discriminación social hacia las trabajadoras domésticas.

Con el uso de término de “chopa” se invisibilizan las desigualdades y las verdaderas razones que generan la pobreza que afecta a muchas mujeres y jóvenes que las empuja a dedicarse al trabajo doméstico.

El término de “chopa” se convierte en un juicio de valor hacia un estilo de vestir, peinado, uso de accesorios y carteras calificados como de “mal gusto”. Un mal gusto que expresa escaso acceso a ingresos para adecuarse a la “moda” o a los patrones de alto consumo.

De esta manera se normaliza la desigualdad social entre trabajadoras domésticas y el resto de la familia con la justificación de su condición vista como “inferior”. La inferiorización de los grupos sociales desfavorecidos es una estrategia que tiene su origen en la esclavitud. Convertir los esclavos en “feos”, “mal educados”, “brutos” y “salvajes” justificó por mucho tiempo su maltrato y explotación.

Recientemente se difundió la noticia de que el Ministerio de Trabajo emitirá una resolución para formalización del trabajo doméstico.

Se necesita el establecimiento de condiciones laborales justas para las trabajadoras domésticas en el país.
La informalidad y falta de regulación en que se mantiene el trabajo doméstico lo convierte en muchos casos en escenario de esclavitud, explotación laboral, explotación sexual con casos de trata en servidumbre doméstica.
La “privacidad” del espacio hogar favorece al ocultamiento de estas prácticas sin consecuencias ni garantías de protección.