La República Dominicana como país goza de una infraestructura vial aceptable, tanto en las autopistas y en las zonas urbanas; entonces, cuál es la problemática que nos hace ser unos de los primeros en las estadísticas fatales en el mundo con relación a los accidentes de tránsito.
Según los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), 2,100 personas murieron debido a accidentes de tránsito en el 2019, siendo menor la cifra en el 2020, situación que pudo relacionarse con las restricciones en la movilidad impuestas por las autoridades para frenar la propagación del COVID-19 en el territorio nacional.
Aun así, se contabilizaron 1,732 muertos al instante en eventos viales; y en el 2021, el número fue de 1,874.
Entonces, ¿En qué estamos fallando como sociedad? Serán las autoridades que no aplican bien las leyes de tránsito con mecanismos tecnológicos que permitan controlar las velocidades de nuestros conductores.
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Si hacemos una relación de los últimos siete años en los accidentes más trágicos, entendemos que debemos apelar a la conciencia de nuestros conductores sin referirnos a ningún hecho en específico. Por más que las autoridades quieran hacer, se torna imposible controlar a los choferes; principalmente, a los de transporte público y los motociclistas.
Hago este artículo porque mi amor por mi país me hace transitarlo cada fin de semana que puedo, y las formas de ver actuar de los conductores en nuestras carreteras, se reflejan en las estadísticas que nos ofrece la ONE.
Aquellos que toman un volante consumiendo bebidas alcohólicas cómo también sustancias ilegales, nos dicen cómo anda la conciencia de nuestros ciudadanos, además de que es hora que se aplique la ley y se empiece a despojar de la licencia de por vida a aquellos que andan en nuestras vías de esa manera.
Tenemos que ir apretando la mano, porque a la vista de todos esta problemática seguirá trayendo luto a las familias de muchos inocentes que pierden la vida por culpa de un imprudente que utiliza el volante como arma destructiva.