La conducta suicida es el acto mediante el cual una persona se quita la vida. Al hacer esto, no se entiende cómo una persona baja sus autodefensas naturales y reflejos contra el instinto de la vida. Es la cuarta causa de muerte en el mundo.

Existen varias teorías que tratan de explicar el porqué de la conducta autolítica. Entre ellas están las de Aaron T. Beck y Lyn Abramson, que sostienen que la desesperanza aprendida es un factor crucial. Basan su afirmación en la idea de que la desesperanza, que es una percepción negativa y pesimista sobre el futuro, juega un papel central: las personas con una alta sensación de desesperanza suelen tener creencias negativas recurrentes sobre sí mismas, el mundo, el pasado y el futuro.

Creen que su situación no mejorará, que no nacieron para ser felices, que están en un callejón sin salida, que no tienen control sobre sus vidas y que morir es la única y mejor solución. Las creencias negativas e irracionales fomentan la desesperanza que minimizan las posibilidades de cambios positivos y magnifican las perspectivas negativas.

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28 ¡Vivir 09 3Ap01 — Lic. Rafael Emilio Durán Ureña
Psicólogo clínico del Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS).

La desesperanza también puede actuar como una vulnerabilidad que puede predisponer a las personas como cuando enfrentan adversidades, historia de abandono, maltrato físico, económico, psicológico y sexual institucional o familiar.

De igual manera existen otros factores de riesgo, como la falta de apoyo social y conexiones interpersonales o marginalidad, el estrés socio-económico; la pobreza, el desempleo y las dificultades económicas pueden contribuir al riesgo de suicidio al aumentar el estrés y la desesperanza.

También pueden ser factores culturales o normas culturales; las actitudes culturales hacia el suicidio y la salud mental influyen en cómo se percibe y se maneja el suicidio.

En algunas culturas, el suicidio puede ser estigmatizado, lo que puede disuadir a las personas con tendencia suicidas de buscar ayuda.

Las creencias culturales pueden predisponer suicidio

Las creencias culturales sobre el honor, la vergüenza y el sufrimiento pueden afectar la predisposición al suicidio. De igual modo cambios rápidos sociales como la tecnología o la globalización o la modernización pueden alterar las estructuras tradicionales de apoyo social, afectando la salud mental y el riesgo de suicidio. o cambios en el papel de género como la evolución de los roles de género y las expectativas sociales también influyen en las tasas de suicidio y el acceso a recursos de apoyo.

Emociones negativas no saludables, pueden dominar a las personas que intentan y/o ejecutan el suicidio: la depresión, la ansiedad, el miedo, la ira, la baja tolerancia a la frustración, sentimientos de castigar, de venganza, de culpa, de vergüenza, de honor, ciertas creencias religiosas irracionales, etc.

Un desbalance en los neurotransmisores o desbalance bioquímico en las sinapsis de las neuronas en la red nerviosa deben ser atendidas por el psiquiatra. En los casos de intentos fracasados de suicidios se observa déficit o aumentos en los niveles de dopaminas, serotoninas, etc. que deben ser tomados en cuenta, ya que pueden provocar distorsiones cognitivas severas que pueden inducir a una persona a querer quitarse la vida.

Las representaciones sociales son creencias, afirmaciones, normas y valores que se enseñan y aprenden sin reflexionar demasiado sobre la validez o la conveniencia de su contenido pero que tienen la capacidad de orientar el pensamiento del individuo.

Preguntas frecuentes

¿Qué hacer si se encuentra con un familiar una persona dando estas señales?

Mientras quedamos a esperas de un mayor interés político de las autoridades gubernamentales para aumentar y facilitar los recursos y servicios de una verdadera salud mental, cuando sospechemos de que una persona se quiera suicidar o cuando exprese sentimientos de hacerlo, debemos prestarle mucha atención y darle mucha importancia, concéntrese y deje de hacer lo que está haciendo, pregunte a la persona si está pensando en quitarse la vida, si tiene un plan para quitarse la vida y manténgala en un ambiente seguro, alejada de objetos que puede utilizar para suicidarse o de lugares de alto riesgo; quédese con ella, escúchele con interés y averigüe lo que piensa y siente, asegúrele que hay otras formas de resolver el problema, pero que necesita la ayuda adecuada, no abandone a esa persona hasta tanto no se ponga en contacto con un familiar, con un profesional o llévela a una emergencia de un hospital o de una clínica, trate de hacer comunicarse con un psiquiatra o un psicólogo, llame al 911 o a salud pública o a los bomberos.

Los profesionales de la salud mental proporcionan tratamiento holísticos o integrales que permiten a las personas con ideación e intentos suicidas superar la situación.