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Uno de los fenómenos que ha acompañado a la pandemia del covid-19 en los últimos meses es la disrupción de las cadenas globales de suministro, a la que se le suma a una crisis de contenedores.
En esta serie de artículos abordaremos las principales razones que impulsaron la situación actual, así como los efectos económicos, políticos y sociales que la misma arrastra. De igual modo, plantearemos las oportunidades y perspectivas que se prevén para contrarrestar esta situación.
Una de las primeras señales que empezó a dar el mercado fue el increíble aumento de los fletes. Mientras en septiembre de 2020, mover un flete de China a los Estados Unidos, costaba $4,469 dólares, un año después, cuesta $20,615 dólares: en un año el precio se cuadriplicó, y un poco más.
A este fenómeno se le ha denominado “crisis de los contenedores”, que no es más que una escasez de espacio para transportar los productos de Asia a Occidente. A esta falta de contenedores, se suma el atasco que existe en los mayores puertos internacionales y el cierre temporal de algunas terminales marítimas como medidas que busca frenar la pandemia.
El principal factor que inició esta crisis fue la desescalada de los impactos y las restricciones en los distintos países del mundo, así como una recuperación económica más rápida de lo esperado, lo que provocó un desbalance entre la oferta y la demanda. Demanda que ha crecido, en los últimos meses, en el contexto de una reactivación económica tras un 2020 que marcó una de las peores recesiones globales de las últimas décadas y no se estaba preparado para una reactivación tan rápida y dinámica.
La pandemia ha provocado todo tipo de desajustes en la cadena de suministros que va desde la escasez de materias primas, hasta la limitación de espacio en los buques de carga y en los terminales marítimos. Alrededor del 80% de los bienes que se consumen en el mundo, se transportan por vía marítima, según estimaciones de la Conferencia de las ONU sobre Comercio y Desarrollo.
El proceso de Globalización funciona como un reloj con múltiples engranajes, cuando uno falla, por pequeño que sea, todo el sistema sufre disrupciones. Expertos en transporte marítimo dicen que la pandemia provocó una de las mayores crisis en la historia desde que comenzaron a utilizarse contenedores en la Segunda Guerra Mundial. Algunos vendedores minoristas han dicho que solo tienen suficientes productos para satisfacer la demanda no más de un mes, una situación que implica uno de los más bajos niveles de inventarios desde 1992.
Este fenómeno, al igual que el aumento del precio del petróleo y derivados, trajo consigo una inflación importada que está afectando, prácticamente, al mundo. Según cómo evolucione la demanda y la oferta, habrá unas semanas en que los consumidores verán escasez de ciertos productos y, más tarde, serán otros. Los principales economistas del mundo tienen posiciones encontradas que trataremos en la próxima entrega.
Una de las primeras señales del mercado fue el increible aumento de fletes
El atasco en los mayores puertos se suma la falta de contenedores
La pandemia ha causado desajustes en la cadena de suministros