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§ 11. Balanza comercial deficitaria y la deuda pública de los Estados Unidos. Vista la deuda del Tesoro de los Estados Unidos con la Unión Europea, Rusia y los países asiáticos como China, Japón y Taiwán por más de un billón de dólares y visto el déficit de la balanza comercial con países aliados y colonias, estimado en más de 393 mil millones de dólares, al país del Norte no le ha quedado otra alternativa que seguir endeudándose, para lo cual recurre a más emisiones sin respaldo, al sostenimiento de una guerra comercial con las potencias emergentes y si estas no se doblegan, les imponen embargos y sanciones que a la postre se vuelven en contra del gigante estadounidense.
Se pregunta el autor de La derrota de Occidente: “¿Por qué el barco estadounidense no puede enderezar el rumbo? ¿Reducir las desigualdades y el déficit comercial, reorientar a los estudiantes hacia la ingeniería y la ciencia? Dejando a un lado la base religiosa de esta impotencia (la moralidad cero), también podemos identificar un obstáculo de orden estrictamente económico que impide actuar. Estados Unidos, en efecto, produce la moneda del mundo, el dólar, y su capacidad de extraer riqueza monetaria de la nada lo paraliza (…) pero podemos analizar este mecanismo de forma puramente técnica, sin invocar a Dios ni a la moral”. (Todd, 224).
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5). El autor describe por qué Estados Unidos no puede dejar de emitir dólares sin respaldo: «Todos estamos familiaridades con la Dutch disease, la ‘enfermedad holandesa’, también conocida como la ‘maldición de los recursos naturales’, que a menudo se asocia con el petróleo o el gas. La abundancia de un recurso natural en un país y su exportación aumentan el valor de la moneda, cuya fortaleza perjudica entonces el desarrollo de otros sectores de la economía. Digamos que Estados Unidos padece una ‘superenfermedad holandesa’. El recurso ‘natural’ que obstaculiza su economía es el dólar. Producir moneda mundial a un coste mínimo o nulo hace que todas las actividades que no sean la creación de dinero no resulten rentables y, por tanto, sean poco atractivas (…) El dinero creado no sale de una fábrica de moneda operada por la Federal Reserve solo el 5% de la producción de dinero la lleva a cabo el banco central. El 95% restante procede de préstamos que los bancos conceden a particulares o entre sí. Sin embargo, si hay una crisis, la Fed emitirá más dinero para salvar el sistema, como lo hizo en 2008, garantizando que la creación de dinero por parte de los bancos y los particulares, y de hecho por el Estado, sea ilimitada. Tampoco hay límites para la deuda pública estadounidense, cuyo techo legal es elevado por el Congreso cada vez que es necesario. A intervalos regulares Estados Unidos representa una comedia presupuestaria: los republicanos amenazan a los demócratas con no elevar el techo de la deuda si estos últimos no aceptan reducir tal o cual gasto social. Súbditos del Imperio, id en paz, el techo de la deuda será elevado, se seguirán emitiendo dólares y bonos del Tesoro, y los privilegiados del mundo seguirán comprándolos. Estos dólares tienen la particularidad de existir para el resto del mundo (…) me encuentro fantaseando con un Biden que envió unos cuantos millares de millones de dólares a los dirigentes ucranianos para que puedan ir de compras a Europa occidental (…) Es difícil cambiar semejante sistema: es mucho más fácil producir dinero que bienes.» (Todd, 224-225).
6) Globalización y pérdida de hegemonía industrial de los Estados frente a Rusia y China: “La globalización, orquestada por el propio Estados Unidos, ha socavado su hegemonía industrial (…) El declive estadounidense en la producción de bienes tangibles tiene su reflejo en la agricultura. Tras la entrada en vigor en 1994 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la agricultura estadounidense sufrió un proceso de concentración, especialización y deterioro”. (Todd, 215).
7) Dependencia estadounidense de la mano de obra importada, desaparición de la clase obrera, los sindicatos y la clase media: “Para compensar su escasez de trabajadores científicos y técnicos de cualquier categoría, lo que llaman STEM workers (por ‘science, technology, enginneering or mathematics’), Estados Unidos los está importando a gran escala. En 2000, los nacidos en el extranjero representaban el 16.5% de todos los trabajadores STEM. En 2019, la proporción había aumentado al 23.1%, o 2.5 millones de trabajadores importados, de los cuales el 28.9% (o 722.500) eran indios. También había 273.000 chinos, 100.000 vietnamitas y 119.000 mexicanos. Entre los STEM workers nacidos en Estados Unidos, el 67.3% tenía una licenciatura, frente al 86.5% de los inmigrantes.» (Todd, 221).
¿Cómo y por qué se ha llegado en los Estados Unidos a la desaparición de la clases media y obrera?: “A la desigualdad de la riqueza se añade el hecho de que su crecimiento ha desintegrado a las clases medias. En el Estados Unidos ideal de los años ’50, las clases medias incluían (…) a la clase obrera, que incluso constituía el grueso de las mismas (sic). La liquidación de la clase obrera por la globalización ha provocado, por tanto, que las clases medias se marchiten. Lo único que queda es una clase media alta, quizá el 20% de la población, aferrada a la oligarquía del 0.1% superior y que se esfuerza por no caer. Es esta clase media alta la que se opone al resurgimiento de la fiscalidad progresiva, más que la clase más alta, cuyo capital elude en gran medida los impuestos”. (Todd, 208). Sin clase obrera no hay sindicatos.
8) Destrucción de la agricultura e importación de bienes de consumo y tecnología: “… mientras que en Rusia pasó de 37 [millones de toneladas de trigo] en 2012 a 80 millones en 2022, en Estados Unidos ha caído de 65 millones de toneladas en 1980 a 47 millones en 2022. En términos más generales, mientras que Estados Unidos solía ser un enorme exportador (neto) de productos agrícolas, ahora apenas logra mantener el equilibro y coquetea con el déficit. Podemos imaginar que, con una población que sigue creciendo, llegará a ser francamente deficitaria en las próximas décadas. (Todd, 215-216).
9) Ineficacia de los embargos y sanciones a países competidores: “Una guerra no se gana enviando al adversario órdenes de pago o congelando activos del Banco de Rusia y embargar las propiedades de los oligarcas rusos (y de los ciudadanos rusos de a pie, en violación del derecho de propiedad tan venerado en Occidente), [y] negarse a asegurar los barcos que transporten petróleo ruso. Del lado estadounidense, la guerra la está librando el ingenio de los abogados. Y Ucrania se está quedando sin munición.
10) El triunfo de la injusticia y la perversión de la doctrina Rawls: «John Rawls es el autor de una famosa Theory of Justice, publicada en 1971 (…) Rawls pertenecía a una categoría inferior de WASP White Anglo-Saxon Protestant, DC Luchó en el Pacífico y regresó abrumado por intensas preocupaciones morales; episcopaliano, se hizo ateo tras observar sobre el terreno la devastación causada por la bomba atómica de Hiroshima (…) La justicia , tal como la define Rawls, consiste en tolerar las desigualdades si contribuyen en última instancia al bienestar del sector más pobre de la población. Lo irónico es que Rawls formuló su martingala social poco antes de que el aumento de las desigualdades, lejos de beneficiar a los pobres, empezara a diezmarlos.» (Todd, 198-1991).
11) El problema causado por la abolición del racismo contra los negros: igualdad entre blancos y negros: “… los negros no estaban incluidos en la democracia, aun cuando se observaban los primeros indicios de la lucha por sus derechos (…) la estratificación educativa conduce a la implosión del protestantismo, que libra a los negros del principio de desigualdad. Luego vinieron la lucha por los derechos civiles, la affirmative action o discriminación positiva y, por último, la elección en 2008 de Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos (…) En el momento en que los negros dejaron de encarnar el principio de desigualdad, la igualdad blanca se hizo añicos (…) los negros siguen en gran medida atrapados. Su emancipación se produjo al mismo tiempo que la estratificación educativa, el crecimiento de la desigualdad económica y el descenso del nivel educativo y de vida (…) La emancipación de los negros estadounidenses se lleva a cabo en un momento en el que, estadísticamente, se encuentran en la base de la pirámide social, lo que hace muy difícil que puedan escapar de su condición objetiva (…) Todavía concentrados en el estrato inferior, han adquirido la ciudadanía en una sociedad en la que el ideal de igualdad ciudadana se ha desvanecido”. (Todd, 205-207). ¡Qué paradoja!
12) Desaparición del protestantismo y aparición de negociantes de religiones (los pastores o ministros): “Si, en los países protestantes, las tendencias nacionales y religiosas se imbrican hasta tal punto, uno sospecha que el colapso final de la religión puede implicar el del sentimiento nacional. El protestantismo cero, más o, mejor dicho, menos que a una nación inerte, define a una nación cero.” (Todd, 179).
13) El triunfo del neoliberalismo y su cultura light como problema creado por los Estados Unidos: la democracia en peligro, negación de la victoria del adversario en elecciones libres o referendo por parte de las democracias neoliberales dominadas por los Estados Unidos a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTÁN): “Pero culpar al neoliberalismo no es suficiente. En el nivel consciente de los actores, políticos o no, había por supuesto una doctrina económica que soñaba con un mercado puro y perfecto, y con un repliegue del Estado a sus funciones de mantenimiento del orden y de hacer la guerra. Es el neoliberalismo doctrinario de Margaret Thatcher, una mujer honesta en lo personal, lo que estoy describiendo. Pero hay que constatar que, cuando se aplicó, esta doctrina destruyó los servicios públicos, la industria y las condiciones de vida. Los primeros liberales, como muy bien mostró Karl Polanyi, construyeron el mercado; los neoliberales están destruyendo la economía.» (Todd, 163). La OEA y el Departamento de Estado son los que determinan quién gana o pierde unas elecciones presidenciales en América Latina.
14) Consecuencias del nihilismo político y el relativismo light. Como la estrategia del nihilismo contemporáneo es negar la realidad, él se ve reforzado por el relativismo de la cultura light, a pregonar que no hay verdad, que todo es relativo y solo cada sujeto establece lo que es verdad o mentira. Las consecuencias de este nihilismo y relativismo se comprueban con el peligro que estos representan para la democracia y la alteridad. Ahora los países de la OTÁN y la Unión Europea deciden quiénes ganan o pierden unas elecciones, de acuerdo con los intereses políticos, económicos y militares de estos aliados. Narigoneados por los Estados Unidos, los miembros de esta alianza se dedican a determinar quién ganó las elecciones en Nicaragua, Venezuela, Rumanía, Georgia o en cualquier otra nación del planeta que no se haya plegado a los designios de esta alianza. Si un gobernante electo no les conviene a estos aliados, lo primero que hacen es declarar públicamente que no reconocen los resultados de tales referendos o elecciones debido a que no fueron “justas, transparentes y equitativas” para los candidatos de la oposición. El paso siguiente es desconocer los resultados de tales elecciones; solicitar que se celebren nuevas elecciones; y, si no, estos aliados lanzan a los militantes de los partidos de oposición a protestar y vandalizar las propiedades públicas y una cadena de medios de comunicación que les son afines ideológicamente emprenden una bestial campaña de descrédito contra el candidato ganador. En el caso extremo, desconocen al candidato electo y reconocen como ganador al candidato de la oposición e imponen embargos o sanciones a quienes consideran responsables del “fraude electoral”. Esta estrategia de guerra le llaman los teóricos del neoliberalismo y su cultura light, la posverdad. (CONTINUARÁ).