Cuando vemos a los grandes emprendedores por todo el mundo y vemos sus éxitos, nos preguntamos si existe una fórmula mágica para haber logrado esta impresionante hazaña.
Al ver las entrevistas nos dicen que todo se ha debido a un esfuerzo y trabajo continuo, otros lo atribuyen al resultado del talento, otros dicen que ha sido gracias al apoyo recibido de algún padrino, mientras otros lo atribuyen un factor “suerte” o “Bendición”.
La realidad es que según estadísticas, la mayoría de los emprendimientos fracasan. ¡¡¡SI, FRACASAN!!!. Según Michael Geber en su libro “Por qué Fracasan los negocios”, la cifra puede llegar a 70% en por lo menos 5 años.
Las razones que ofrecen las estadísticas según sus autores se le atribuyen principalmente a la falta de capital, falta de modelo de negocios, problemas de flujo de efectivo y un errado plan de mercadeo.
Una vez un gran empresario dijo que dirigir una empresa era como empujar un caro en una pendiente. Ningún ejemplo es mejor que este. El trabajo debe ser constante, el empuje tiene que ser continuo.
Emprender un negocio es un acto de valentía y coraje, pero puede convertirse en la mejor de las inversiones que pueda una persona o grupo realizar.
Sin lugar a duda para alcanzar ese objetivo no existe una fórmula mágica que garantice el éxito. Es necesaria una adecuada combinación de ESFUERZO, TALENTO, AYUDA Y UN TOQUE DE “SUERTE”.
“El éxito no es el final, el fracaso no es fatal. el coraje para continuar es lo que cuenta”. Winston Churchill