La frónesis (ética Aristotélica), es sinónimo de actuar con prudencia, es la sabiduría práctica. Representa la eficacia intelectual de una mente lúcida y practica al mismo tiempo, organizada y con sentido común. Lleva consigo la posesión de un hábito en la persona que lo guía a elegir adecuadamente, a evaluar la existencia de un tiempo y un lugar apropiado para hacer las cosas de forma correcta (Frónesis, Revista UNAM).
En las actuales circunstancias en que la humanidad se enfrenta a una situación tormentosa y peligrosa donde se necesita más que nunca de la prudencia en el comportamiento de sus ciudadanos.
Vemos con gran pesar que parte de nuestra población hace el enfoque del vivir rápido; en la que se asume que la vida será breve y no se puede postergar la satisfacción. Algo así como la famosa expresión “de algo hay que morir” o el “live fast, die young” de las estrellas de rock. El otro enfoque conductual ante esta pandemia es el pausado, es el que sugiere conducirse con más prudencia, en el que se asume que la vida será larga y la gratificación desmedida puede postergarse.
En las actuales circunstancias, la prudencia es una virtud que hoy se hace necesaria en todos los humanos (pandemia, mutaciones, guerras). Que supone un sentido amplio de previsión, para evitar las caídas en errores y peligros. Es la protección que el sano juicio y la razón crean contra los deslices y desastres conductuales de las personas.
La carencia de esta virtud, denuncia insensatez, pues conduce a la desaprensión, que es evidentemente un descenso hacia los abismales despeñaderos del absurdo y la torpeza. Vemos personajes que no respetan las normas de salubridad, usan la mascarilla en la barbilla o no la usan, asisten a las actividades en grandes grupos sin el distanciamiento, tetean, etc., etc.
Voy a citar a mi padre, José Silié Gatón, de su obra “Ética para el mejor vivir”, palabras que hoy tienen una actualización asombrosa: “Sed prudente, haciendo de esta virtud, una norma de conducta ritualizada permanentemente en tu espíritu. Así podrás vencer la impaciencia y actuar con la cordura necesaria. Una línea trazada con perfiles de prudencia, será la conducente a destinos ciertos, seguros y sin reveces.
La prudencia, es clarificadora en el discernimiento. Ella te permite distinguir lo bueno de lo malo, para seguir o huir de ello. Sabido es que vivimos sometidos a rigores permanentes que nos desesperan, pero si consultamos a la prudencia, siempre responderá una voz que se llama cautela. Ella es el eco de la sabiduría que por recta razón llega más lejos que la intrepidez y el desafuero”.
En las circunstancias actuales estos sabios consejos adquieren una gran vigencia, pues todos estamos envueltos en esta pandemia universal, y no podemos ninguno presumir de tener total paz mental, no es posible en estas actuales realidades virales, pero debemos todos adultos y jóvenes continuar con un comportamiento prudente.
Como vemos la prudencia es una virtud de la inteligencia, es la disposición de hacer las cosas de manera correcta. Asimismo, la frónesis es una cualidad que se muestra en la acción y que le permite a la persona hacer lo acertado y tomar provecho del momento. Más que nunca en esta crisis sanitaria, económica y emocional la prudencia de modo preeminente se hace muy necesaria.