La globalización: un fenómeno en transición

La globalización: un fenómeno en transición

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Al Rector Dr. Rolando Guzmán de INTEC y todos sus profesores.
La revolución tecnológica permitió que el mundo esté interconectado cada vez más. La globalización resultó un fenómeno inevitable y trajo consigo grandes cambios. En esta serie, tres trabajos, nos proponemos profundizar estos movimientos tomando en consideración estudios de Vanguardia Dossier, Wall Street Journal, Financial Times, Foreign Affairs, Harvard Business Review, MIT Technology, la Universidad de Stanford y la Universidad de Yale.
La globalización tuvo un gran apogeo luego de la Segunda Guerra Mundial y, mayor aún, a partir de los grandes cambios tecnológicos acontecidos a finales del siglo XX y en este siglo. El comercio experimentó un crecimiento exponencial, en especial por la reducción de los costos de transacción, los avances tecnológicos y el resurgimiento de las redes sociales.
De la misma forma, a medida que el comercio global creció, aumentó el ingreso global de manera sustancial. Esto es muy importante tomando en cuenta que el PIB per cápita mundial, históricamente, tuvo un crecimiento muy pequeño hasta 1948. De ahí en adelante, hubo un crecimiento fuerte hasta el 2008, lo que se revierte cuando llega la gran recesión financiera.
Sin embargo, se enfrentaron dos vertientes de pensamiento sobre la visión de la globalización: adeptos y críticos. Por un lado, están los que la consideran como el camino seguro a la prosperidad -este no es un enfoque nuevo-. Por el otro, una línea de pensamiento económica, del siglo pasado, planteaba el comercio internacional como la base de la riqueza y la eficiencia.
Incluso la revista Foreign Affairs explica que la globalización aumentó los estándares de vida y sacó de la estrechez a muchas personas. Se estima que cerca de mil millones salieron de la pobreza desde la década de los noventa. Claramente, a la globalización se sumó el desarrollo tecnológico y, en conjunto, se redujo la pobreza extrema en todo el planeta.
La globalización derribó las barreras geográficas, reduciendo la economía de escala, disminuyó los costos de transporte y de comunicación incrementando la transferencia de información e ideas. Y puso a disposición de los consumidores precios más bajos y productos más variados, aumentado la competitividad y permitiendo la oferta de productos y servicios de más calidad y creando, a la vez, mercados más grandes.
La globalización también creó centenares de millones de empleos. Convirtiéndose en uno de los motores más importantes del crecimiento económico en las últimas décadas. Y creó un escenario propicio para el desarrollo económico mundial, previendo grandes perspectivas de progreso a futuro.
China es la más interesada en continuar abriendo paso a la globalización. El presidente Xi Jinping ha expresado su interés en mantener el auge de la globalización a través del aumento de las exportaciones y otras iniciativas. China adquirió más fuerza en la economía mundial a partir de la retirada, hace seis meses, de Estados Unidos del TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), de la que China no sería miembro. A la fecha, esta nación asiática alcanza cerca del 15% del PIB mundial y continúa en miras a un mayor crecimiento.
Sin embargo, la globalización también trajo desventajas y retos a nivel mundial. Existen debates en torno a temas como la desigualdad, la migración, los límites a la información, la balanza comercial y etc. Por ello también existen los críticos fundamentales de la globalización. Estos consideran que esta empeoró la economía mundial y que sus desventajas son más preponderantes que las mejorías.
Se creó una nueva vertiente populista que aboga por un freno a la globalización y que se enfoca en sus fallos primordialmente. Esta corriente apareció en los dos últimos años y ya está presente en todos los continentes, incluso en aquellos países desarrollados que impulsaron la globalización desde sus inicios. En nuestra próxima entrega veremos algunos de los argumentos más importantes de los principales oponentes de la globalización.

Investigadora asociada: Julissa Lluberes.