En la colección infantil “Tobogán” de la editora Alfa & Omega, el historiador Roberto Cassá elaboró la biografía del Dr. Manuel Aurelio Tavárez Justo colocando como subtítulo la denominación de “Líder de la juventud”. Este dato revelador, nos da cuenta de la alta participación de jóvenes que siguieron al líder del 1J4 cuya organización revolucionaria entendió desde un primer momento la necesidad de integrar al sector juvenil en su espacio político. En efecto, la Vanguardia Juvenil del 14 de Junio se comenzó a constituir formalmente en octubre de 1961 cuando un grupo de jóvenes envió “una carta al Comité Ejecutivo Central de esta institución, en la cual expresan su interés de unificar las juventudes del país en torno a los postulados que informan los ideales de la Agrupación Política 14 de Junio”.
Los integrantes del primer Comité Nacional de la Juventud del 1J4 fueron: Rafael Mejía Lluberes, presidente; Nelson González Mirabal, vicepresidente; Carlos José Rodríguez hijo, secretario general; José Márquez, tesorero. Vocales: Andrés Acosta, José Contreras, Julio E. Montandón, Julio Fortuna Belliard, Alfonso Fortuna Belliard, Raúl Pérez Peña y Frank Féliz Sánchez. Esta dependencia fue conformada en noviembre de 1961 logrando alcanzar una dimensión nacional con comités territoriales en todo el país dentro de la estructura partidaria. Sus integrantes se propusieron como tareas inmediatas “aglutinar la juventud dominicana, inquieta, rebelde, revolucionaria y deseosa de contribuir, aún a costa de su sangre, como lo hicieron nuestros héroes de Constanza, Estero Hondo y Maimón, al desarrollo de la vida institucional y democrática del pueblo dominicano”.
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Estos jóvenes se inspiraron de diversos grupos revolucionarios, como la “Juventud abnegada del 46”, en referencia a los integrantes de la Juventud Democrática y del Partido Socialista Popular, los cuales “no tenían más armas que su ideal y sin más fuerza que su voluntad de redimir al pueblo”; De los expedicionarios de Luperón y de la Raza Inmortal “donde la flor de la juventud dominicana llena de nobles ambiciones y espíritu democrático, sacrificó su vida en una batalla más de la perenne y eterna lucha contra los intereses antipopulares y antinacionales”; De los militantes del Movimiento Clandestino 14 de Junio cuya “juventud por entera atendió sin vacilaciones ni temores los reclamos de una población hambrienta, enferma, atrasada y explotada”; De los valientes luchadores del Movimiento Popular Dominicano quienes fueron “consecuentes en la lucha contra la tiranía y en la creación de una conciencia revolucionaria en las masas populares”. De ahí que la dirigencia del 1J4 comprendió rápidamente que los jóvenes constituirían “la proa de la revolución dominicana”.
Esta Secretaría del 1J4 desarrolló toda una serie de actividades diversas que “para llevar al ánimo de los integrantes de la organización una idea clara de sus responsabilidades frente a la sociedad y a la Agrupación Política a que pertenecen”. En tal sentido, uno de sus pilares fundamentales fue la formación política, ya que para orientar a la población se requería de “un mayor conocimiento de los problemas económicos, políticos y sociales”. En el artículo titulado ¿Cuáles deben ser las tareas de la Juventud del 14?, publicado en el periódico El 1J4 se expresa la idea de que los jóvenes del 14 de Junio debían servir de ejemplo para la juventud del país, por lo que “en consecuencia se les demanda más, ellos están en la obligación de rendir más, de estudiar más, de trabajar más”. En efecto, para el 1J4 el buen revolucionario era aquel que servía de ejemplo por “su honestidad, su dedicación, y su espíritu de lucha, es aquel que cumple con sus obligaciones”. Entre las obligaciones con el partido se señalan “la participación activa en las labores que le sean dadas, la defensa de los principios de partido o agrupación, el compañerismo, el acatamiento de las disposiciones surgidas de la opinión mayoritaria y muy especialmente la disciplina”.
De condiciones morales intachables, el militante catorcista debía encontrar en los trabajos prácticos “una oportunidad para demostrar de cuánto son capaces si se orientan correctamente sus anhelos de lucha y sus deseos de contribuir a que el pueblo dominicano logre sus tan ansiadas reivindicaciones”. Siguiendo las instrucciones partidarias, los jóvenes se organizaron “en grupos de siete u ocho jóvenes, con la aprobación previa de las autoridades correspondientes”. El objetivo era “dedicarse a patrocinar escuelas rurales en las secciones vecinas a las localidades donde residen”. Entre los que acudieron al llamado de la Juventud del 1J4 estuvo el guerrillero de playa Caracoles, Mario Nelson Galán Durán, cuya labor educativa en su natal Jarabacoa es la razón por la que hoy funciona un liceo experimental con su nombre, en honor a su legado.
En ese contexto histórico, los jóvenes del 1J4 fueron los principales protagonistas de las manifestaciones que se desarrollaron en el país. Fue legendaria la participación juvenil en la calle Espaillat, entre otros escenarios de lucha contra los remanentes del trujillismo en el otoño de 1961. Para fortalecer la estructura partidaria, años después se creó la Juventud Estudiantil del Catorce de Junio -JECAJU-, cuyo principal dirigente fue Luis -Pin- Montás. Esta entidad estaba concentrada en los trabajos políticos dentro de los liceos públicos, especialmente en Santo Domingo. Bajo la dirección de Mejía Lluberes se desarrollaron varias actividades pro-recaudación de fondos entre las que se registraron: la celebración de una Kermesse, el concurso de Becas comerciales por parte del Subcomité de la Juventud del 14 de Junio en Gualey, la proyección de la película “10,000 dormitorios” en el teatro de San Carlos, así como la realización de espectáculos artísticos con el maestro Rafael Solano y un show a cargo de Los Creadores, entre otros.
El secretario de Asuntos Internacionales de la Juventud del 1J4, Raúl Pérez Peña, formó parte de una delegación que logró fijar “la fecha del 14 al 20 de junio de todos los años como la semana de la solidaridad de las juventudes latinoamericanas con la lucha del pueblo dominicano” en el marco del Segundo Congreso Latinoamericano de Juventudes, celebrado en Santiago de Chile del 9 al 13 de marzo de 1964. Bacho aprovechó ese escenario internacional para denunciar los crímenes del imperialismo, particularmente la masacre de Manaclas, en diciembre de 1963. Los jóvenes también participaron en entrenamientos dirigidos por experimentados cuadros militares y recibieron formación en países aliados como Cuba. En esos propósitos estaba el presidente de la Juventud del 1J4, «Baby» Mejía, cuando se produjo la Insurrección de 1963. En la próxima entrega abordaremos la dinámica de la secretaría de Cultura del 1J4.