Entre los tantos escándalos de corrupción en que han discurrido los 15 años de gobiernos del PLD, la denuncia de los actos de corrupción que se cometen en la llamada Oficina de Ingenieros Supervisores de las Obras del Estado, OISOE, ha sido el de mayor impacto en todas esferas de esta sociedad. Los factores determinantes de esa circunstancia han sido: la conjunción del suicidio del arquitecto estafado por la mafia que opera, la gravedad de las acciones de esa pandilla, el actual contexto internacional de denuncia y combate contra la corrupción y la correcta decisión de Poder Ciudadano de promover las protestas frente a Palacio y a la OISOE.
Por diversos motivos, este nuevo hecho político se ha constituido en una molestosa piedra en zapato del Presidente/candidato en su tortuoso caminar en búsqueda de una reelección, cuya materialización, repentinamente, se torna cada día más difícil. La desproporcionada reacción del gobierno del Presidente/candidato frente a las protestas frente a la OISOE se debe a múltiples factores, pero el principal es impedir que se sigan aireando los escándalos en una dependencia estatal que ha sido la más espuria fuente de acumulación de riqueza para el proyecto de poder del PLD y para engrosar la fortuna personal de conspicuos dirigentes de ese partido y ahora eslabón clave en la estructura de acumulación de riqueza para impulsar el proyecto reeleccionista.
Más que a la facción de Danilo, la OISOE le ha servido a la de Leonel, a través de Félix Bautista, presidente y secretario general de ese partido, respectivamente. En tal sentido, resulta en extremo difícil que el Presidente/candidato disuelva esa pieza clave del entramado de redes que tejen la estructura de corrupción en que se ha servido de soporte a los gobiernos del PLD y a sus facciones. Eso hace más complicado el tema de la OISOE, su eventual desmonte afecta a dos facciones cuyas relaciones no terminan de ajustarse, a pesar de que la campaña electoral comienza su entrada en las fases definitorias.
Por eso, el Candidato/presidente, a través de su Ministro del Interior y sus jefes policiales mantiene su negativa de respetar el libre derecho a manifestarse en cualquier plaza pública del país, recurriendo a los viejos métodos de la represión de las manifestaciones públicas implantados por los cuerpos represivos balagueristas, con el apoyo de los servicios de inteligencia y de represión de los EEUU en los años de la guerra fría. El argumento de los voceros y bocinas del gobierno de que las referidas manifestaciones ponen en peligro la seguridad de Palacio no puede ser más peregrino. Lo que sí ponen en peligro las manifestaciones es la existencia de la OISOE, de continuar frente al edificio que cobija la mafia que allí opera.
Es difícil que Candidato/presidente desmantele o sanee la OISOE, pero es aún más difícil que logre detener la generalización de las protestas iniciada por Poder Ciudadano con su iniciativa de Cadena Humana frente a Palacio y al edificio de la OISOE y en todos los rincones del país y del mundo contra un sistema de corrupción, del cual ese Presidente/candidato es su principal artífice.