La pérdida del centro

La pérdida del centro

Detalle fachada de la Neue Staatsgalerie. Stuttgart, Alemania.

Por: George Latour Heinsen
Los períodos se distinguen por la relación que existe entre los diversos puntos focales de la creación artística. Siguiendo cada época estas relaciones podemos representarlas gráficamente de la siguiente manera.

La época del estilo Románico: La representamos con un círculo que encierra en su interior otro círculo más pequeño.

El periodo Gótico: Lo representamos siempre con dos círculos, con la diferencia de que el más pequeño, creciendo hacia arriba, sale parcialmente afuera.

En el periodo Barroco los dos círculos son iguales y forman un óvalo.

La época Moderna: la figura del círculo desaparece y viene sustituida por una hipérbole que nace de dos puntos locales, en dirección opuesta y hacia el infinito.

Notamos, con preocupación, cómo la época Moderna o Contemporánea no posee una unidad estilística perfectamente identificable como en las épocas anteriores; esta reflexión vale tanto para las artes como para la arquitectura

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Un estilo unitario en el verdadero sentido de la palabra existe solo cuando el arte se presta al servicio de un tema unitario.

Esto explica la extraordinaria unidad que encontramos en el estilo Romántico que desarrolla un único tema de referencia, “la Catedral”.

En el estilo Gótico la unidad estilística no es absoluta, pues existían dos temas de referencia, es decir el Castillo, el Palacio y luego las altas Catedrales.

El Renacimiento hace del Palacio-Castillo su tema focal, más tarde los temas Palacio y la Iglesia se unirán representando una unidad de doble polo por la cual la elipse es el símbolo más evidente del Barroco.

En Europa, a partir del 1760, temas como, el jardín al inglés, el monumento arquitectónico figurativo, el museo, el pabellón de exposiciones, la fábrica, y otros, trataron sin ningún éxito mantener el predominio sobre otros temas.

Debemos reconocer un cierto dominio de algunos temas en los últimos 150 años: el teatro, el palacio de Gobierno, la universidad, la estación de trenes, el estadio, etc.

La falta de un verdadero tema de referencia es la característica de nuestra época.
Los motivos del caos estilístico son varios y complejos: en primer lugar, podemos indicar el poco tiempo en el cual tantos temas contrastantes han competido para obtener la supremacía sobre otros, en pocos años los temas se suceden uno tras otro, al contrario de las épocas anteriores donde los temas se sucedían a intervalos de siglos. El segundo motivo es que ninguno de estos temas posee un impulso tal de afirmarse y crear un estilo.

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Al final del siglo XVIII, Ledoux, pionero de la idea revolucionaria en el campo de la arquitectura, proclama con sus teorías la igualdad de derechos de todos los temas arquitectónicos. Es fácil adivinar las consecuencias. La arquitectura en su afán de refinarse se convierte en una arquitectura exagerada, absurda y ridícula. Es el caso de algunos edificios de París, que en esos años se disfrazan de templos, mausoleos o prisiones, por ejemplo, los viejos almacenes de carbón adquieren un aspecto de tumba de faraones, etc.

En Austria durante el Gobierno de Giuseppe II (1780- 17901), iglesias, teatros, almacenes de granos, etc. exteriormente son todos iguales.

Si analizamos la época sucesiva a la Revolución Francesa, notamos cómo existen dos tentativos que tienden a formar un estilo en arquitectura.

El primero se basa en el uso de elementos griegos en la arquitectura. Aparecen columnas griegas donde quiera, colocadas delante de palacios, museos, teatros, casinos, casas privadas, etc.

El segundo tentativo es de nuevo un regreso al pasado con el llamado estilo Gothic Revival que en Inglaterra llega absurdamente a proponer y realizar en ese estilo, nuevas iglesias y palacios.

Con John Nash (1752-1851) nace en Inglaterra el llamado pluralismo de estilos, quiero decir que la arquitectura renuncia a la unidad estilística y trata, al menos teóricamente, de realizar cada construcción en un estilo diferente. Nash construye su casa en la ciudad en estilo neoclásico, su casa de montaña en estilo neogótico, otras en estilo neopalladiano, vernácula, hindú, etc.

El pluralismo en arquitectura tiene su máximo desarrollo en el Ring de Viena, la ensalada de estilos más variados del fin de siglo XIX.

En 1840 con Semper se trató de utilizar la arquitectura del renacimiento italiano como base de referencia. Semper atribuía al arte del renacimiento una gran superioridad que lo colocaba sobre todas las artes precedentes, incluyendo la griega.

Con el uso de los nuevos materiales, cemento y cemento armado, nace la nueva arquitectura del 900.
Se propone de nuevo la igualdad de los temas arquitectónicos. El uso de estos nuevos materiales, demuestra inmediatamente una mayor calidad y rapidez en la construcción.

Del 1930 al 1940 en Rusia, Italia y Alemania se trata de dar una orientación hacia un neoclasicismo absolutamente superficial.

Para llegar a tentativos efímeros en los años 80 (aunque con buenos representantes) por ejemplo el llamado Posmodernismo y el Des constructivismo.

En la actualidad, personalmente pienso que la arquitectura (como la pensamos nosotros) parece no interesar a nadie. Hoy la arquitectura se basa en la construcción de una imagen, una imagen impactante con la cual representar una corporación o sociedad. Muchas veces el cliente te presenta la imagen de lo que quiere antes de entregar la lista de áreas y necesidades. Para nosotros la arquitectura es el resultado final de un análisis complejo y articulado de todos los elementos del proyecto, contexto, clima, historia, geografía, tradiciones, preexistencias, etc. Hoy tenemos un enfoque caricaturesco de la arquitectura. Las arquitecturas de hoy parecen caricaturas de sí mismas, realzan los aspectos grotescos más descarados, mientras observamos la textura de, por ejemplo, un detalle de la Catedral de Orvieto o el Baptisterio de Pisa en Italia, o el conjunto de Altos de Chavón en La Romana etc. hay una sutileza, una referencia que nunca se caricaturiza. Las arquitecturas de hoy son todas parecidas. El lenguaje de un edificio de oficinas es el mismo que el de un cuartel, una residencia, una torre de apartamentos, etc. Hay una estandarización de hacer y construir, porque la riqueza del pasado ha desaparecido y la industria ha ganado la simplificación de los detalles. Ves cosas que, comparadas con las viejas texturas, te dan un poco de risa, porque son toscas. Al final todo se parece y cuando esto pasa se vuelve hasta trivial.