En materia económica, el nuevo año 2023 inició con la información oficial de que la presión de la deuda ha bajado, ofreciéndola el ministro de Hacienda, quien manifestó que, “La deuda como % del PIB al cierre del 2022 es menor que la que recibimos en agosto de 2020. Y esto lo logramos a pesar de haber enfrentado el shock externo más grande de la historia y la inflación causada por la invasión de Rusia”.
También el ministro de Hacienda indicó que, “La proactiva estrategia de endeudamiento que hemos implementado se evidencia en las 3 transacciones de manejo de pasivos que han disminuido el costo de la deuda y aumentado la madurez promedio del portafolio”.
La opinión del responsable de la política fiscal dominicana sobre la conducción de la deuda del sector público no financiero presenta un panorama confortable y optimista, al decir que, “En el 2023 continuaremos con nuestro manejo proactivo de la deuda para seguir garantizando su sostenibilidad y acércanos aún más a nuestra mesta de obtener el grado de inversión por parte de las calificadoras de riesgo.”
El tratamiento dado a los pasivos del saldo de la referida deuda, sin lugar a dudas que contribuye a reducir costos para una mejor y mayor sostenibilidad de los compromisos financieros de la economía dominicana y contribuye a fortalecer el perfil de las finanzas públicas; sin embargo, amerita una atención particular al continuar la política fiscal formulando presupuestos con necesidades brutas de financiamiento cada vez más crecientes, como le acontece al presupuesto de 2023 que alcanza los RD$ 363,257.9 millones, equivalente a un 5.3 % del PIB, cuando el de 2022 fue de RD$ 284,079.4 millones, para un 4.87 % del PIB, ubicando ahí la fuente de los continuos aumentos del saldo de la deuda pública.
El entorno internacional, en donde las principales economías del mundo muestran previsiones de recesión o al menos de un inferior crecimiento en sus PIB, puede tener un impacto negativo sobre sectores clave de la economía de la República Dominicana, tanto a nivel de las exportaciones, como de la inversión extranjera, remesas y turismo, de manera que, de acontecer el vaticinio, al PIB dominicano le espera para el 2023 un menor crecimiento, así como además, el desafío de contener la inflación y también, el de un mayor nivel de endeudamiento del sector público, manteniendo elevado de esa manera la presión sobre el PIB y los ingresos tributarios y de descontar a la inflación y a la apreciación del peso dominicano, puede hasta incrementar la presión de la deuda sobre el PIB.
Resulta razonable para el análisis, someter a examen a un conjunto de indicadores y datos relativos al comportamiento en los últimos cinco años de la referida deuda pública y lo que se espera resulte para el año 2023, como manera de llegar a valoraciones más concluyentes, respaldadas por los datos oficiales disponibles.
Al evaluar la presión de la deuda pública sobre el PIB, se puede apreciar en el cuadro que para el 2018 era de 37.6 %, subiendo luego a un 40.4 % y también, a un 56.6 % para los años 2019 y 2020, este último explicado principalmente por la fuerte caída de la economía en un -6.7 %; luego, cambia su curso a la baja en el 2021 con un 50.4 % y de un 46.1 % en 2022 y previsto para el 2023 de un 46.5 %. De excluirse los años 2020 y 2021, el primero, por la caída abrupta del PIB en ocasión del COVID-19 y el fuerte endeudamiento ante la disminución de los ingresos fiscales y aumento del gasto público para atender a la pandemia y, al segundo, por ser el 2021 el año del rebote estadístico del crecimiento del PIB, la presión se la deuda para los años 2022 y el estimado para el 2023 que se prevé superior al de los años donde la economía se encontraba en normalidad.
Al menos dos factores han incidido para que la presión de la deuda sobre el PIB haya mostrado una reducción durante los años 2021 y 2022, uno de ellos es la fuerte expansión del crecimiento nominal de la economía de un 21.0 % y un 15.8 %, respectivamente, mientras que, a precio constante fue de un 12.3 % y un 5.3 %, indicativo de la fuerte influencia del aumento de los precios sobre el PIB nominal, lo que unido a la apreciación del peso de un 1.65 % en el 2021 y de un 1.72 % en el 2022, hace que el denominador del PIB en dólares sea más alto y en consecuencia, al dividir el saldo de la deuda con el referido PIB, el resultado tiene que ser el de un indicador de menor valor relativo, pudiendo resultar ahí la ilusión de que la deuda pública está disminuyendo, lectura que no resulta cierta, al apreciarla en términos de su saldo, en el que a diciembre de 2020 al mismo mes en el 2022 ha crecido en US$ 7,642 millones. .
La argumentación anterior se sustenta en que la variación de precios de todos los bienes y servicios que conforman el PIB en cantidad y precios, es superior al cambio de precios que mide la tasa de inflación al consumidor, que se reduce a una canasta básica y también, a que el tipo de cambio proyectado promedio para los años 2021 y 2022 fue de RD$ 62.30 y RD$ 59.36, respectivamente, en cambio, la tasa de cambio promedio, registrada en el mercado cambiario fue de RD$ 57.27 y RD$ 55.18, ambas inferior a la prevista.
Año/Variables | 2018 | 2019 | 2020 | 2021 | 2022 | 2023 |
Presión deuda, % | 37.6 | 40.4 | 56.6 | 50.4 | 46.1 | 46.5 |
Saldo deuda, millones US$ | 32,158 | 35,942 | 44,622 | 47,674 | 52,264 | 56,312 |
Servicio deuda, millones US$ | 4,384 | 5,031 | 4,324 | 4,158 | 4,525 | 6,730 |
PIB corriente, % | 11.4 | 7.7 | -2.3 | 21.0 | 15.8 | N/D |
PIB constante, % | 7.0 | 5.1 | -6.7 | 12.3 | 5.3* | N/D |
Fuente: Dirección General de Crédito Público, *Preliminar
Mientras, el indicador de la presión de la deuda pública se ha comportado de la manera descrita, el saldo de la deuda que muestran los valores absolutos que presenta la economía, puede apreciarse en el cuadro, un incremento sostenido a lo largo de la serie histórica mostrada, al pasar de US$ 32,158 millones en el 2018 a US$ 44,622 millones en el 2020, continuando en los años siguientes el mismo curso hasta situarse al cierre de 2022 en US$ 52,264 millones y previsto para el año 2023 a US$ 56,312, lo que indica que, durante los últimos seis años la deuda estaría elevándose en US$ 24,154 millones, en contraposición a los más de quince años que le tomó en el pasado al país contratar el referido monto.
Pese a la reestructuración de los pasivos que en los últimos dos años las autoridades han realizado, el servicio de la deuda pública permanece en tendencia al crecimiento, debido al aumento de su saldo. Para el 2018 el servicio de la deuda fue de US$ 4,384 millones, luego se elevó a US$ 5,031 millones y aunque descendió en los años 2020 y 2021, retomó su alza en 2022, al situarse en US$ 4,525 millones y el previsto al cierre de 2023 es de US$ 6,730 millones, indicando el fuerte peso que ese monto tiene sobre las finanzas públicas.