La primera dama de abril de 1965

La primera dama de abril de 1965

ALTAGRACIA PAULINO

María Paula Acevedo Guzmán fue primera dama del 4-05-65 al 3-09-65

El 24 de abril, antes de que se interrumpiera la noche serena, cuando comenzaron a sonar “las sirenas de la libertad”, María Paula Acevedo Guzmán (Chichita) cuidaba a sus hijos Alberto y Francis, de 8 y 6 años, con todo el amor de una madre abnegada.

Ese día tomó el teléfono que sonaba insistente, llamaban a su esposo, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien salió de su hogar de manera apresurada, sin sospechar que nunca volvería a su casa matrimonial de la avenida Pedro Livio Cedeño.

Es que ese día sonó el “clarín que llama a la guerra para defender la patria inmortal” y el coronel sentía en el pecho la responsabilidad de asumir su compromiso con la historia, sin saber que en ese momento caminaba hacia la inmortalidad.

Las cosas se complicaron y Chichita Caamaño, su esposa, se refugió en la casa de unos amigos, y dos días después, aliados al coronel recibieron instrucciones de llevar a la familia a la embajada de Argentina junto a la familia de Montes Arache para garantizar la integridad de ellas y sus hijos.

Caamaño tenía informes de planes del enemigo para secuestrarlas.

Chichita tenía muy lejos que iba a ser primera dama, se enteró el 3 de mayo de 1965, cuando el Congreso Nacional elige y designa a su esposo presidente Constitucional. Tomó posesión el día 4 de mayo en el parque Independencia, a los 32 años, y así nació la primera dama de abril de 1965.

Días después sale de la embajada, llevó sus hijos a la casa que el coronel había reservado para su familia, en la calle Sánchez esquina Mercedes, en la Ciudad Colonial y se integra a las actividades de primera dama en plena guerra, entonces guerra patria, porque el país había sido intervenido una semana antes.

Cuqui y Fellita Caamaño Grullón cuentan que en su labor de primera dama acudía a los hospitales a darle ánimo a los heridos, a cubrir las necesidades que las circunstancias les permitían en medio de la guerra y daba ánimo a los combatientes.

Esa primera dama no tuvo tiempo de ponerse tacones, de usar el último grito de la moda, pero vestía elegantes y sencillos modelos en lino con los que iba al hospital Padre Billini, a la clínica Abel González y a la Catedral a orar por un final feliz del conflicto, según explica Cuqui Caamaño Grullón quien era su jefe de seguridad para cuando salía por la ciudad amurallada.

El 3 de septiembre de ese año se firmó el tratado que puso fin a la guerra y el 22 de enero del año siguiente,1966, partieron hacia Londres, donde continuaron la vida matrimonial y allí se embarazó de Paola, la niña que vino al mundo en 1967.

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