Uno no se explica con una lógica racional de cómo el Gobierno dominicano con tantos aprendices al frente de los organismos oficiales no se ha derrumbado y sumergirnos en un caos como ocurre con los vecinos haitianos.
Da la impresión que una mano poderosa protege a los dominicanos, que pese a sus cotidianos errores y deficiencias burocráticas no hay un desesperado caos social que ahogaría al país en un marasmo de torpezas dirigida a crear un desorden social con pobladas incendiando al país.
Sin embargo, el país se mantiene en paz y progresando. Surge con el mejor desarrollo de la región antillana. Eso en cuanto al crecimiento y estabilidad con una moneda estable y precios que aun elevándose constantemente no han provocado la hambruna que anuncian los políticos de la oposición.
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Estos constantemente presagian pobladas y colapso del país con una debacle obligando a una estampida dominicana hacia las otras islas caribeñas o tratando de inundar las tierras continentales en tierra firme. Se buscaría mejores aires de estabilidad. Se evitaría que los dominicanos se destripen unos con otros. Tal es el cuadro que año tras año nos pinta una oposición rabiosa, que sin programas ni soluciones concretas a la miseria que ellos plantean constantemente, no dan pies con bolas.
El Gobierno del PRM ha sido muy improvisador con funcionarios enfrentando por primera vez a un aparato gubernamental para gobernar a once millones de personas y un par más de haitianos.
Eso es ya una avalancha indetenible que nos inunda pacíficamente ocupando permanentemente las camas de los hospitales en detrimento de las parturientas dominicanas, que en descenso paritorio, han dejado el sitio a las haitianas que en masa abarrotan las camas de los hospitales fronterizos así como los de Santiago y Santo Domingo.
Los haitianos, por sus limitaciones educativas, morales y cívicas, han reemplazado a los dominicanos en las tareas que no requieren muchas destrezas mentales y la mano de obra bruta es la requerida para trabajar de sol a sol en los arrozales y siembra de guineos. El corte de la caña de azúcar es ya historia con la mecanización del corte transformándose las condiciones de trabajo en los cañaverales y las pocas factorías para la producción del azúcar. Por igual son los elementos fijos en las calles para la venta al pregón de los más variados comestibles del agro, desde frutas hasta algo de carbón clandestino, ellos conocen las consecuencias por la prohibición que existe pero es obviado por los traficantes, y en combinación con las autoridades dominicanas de poca monta siguen depredando los bosques.
El PRM con su personal improvisado ha creado una parálisis en varios departamentos oficiales. Las quejas se oyen por doquier siendo el caso mas sonado de como dejaron acabar las libretas de pasaportes e improvisaron un sello que casi no lo reconocían en migraciones extranjeras. Lo mismo ocurrió cuando hace algunos meses pretendieron introducir clandestinamente un exagerado aumento de la tarifa eléctrica residencial obligando a una rápida rectificación que al menos devolvió la tranquilidad a los consumidores. Fue una inconcebible acción de aumento de tarifa para ocultar despilfarros y desfalcos cometidos y quisieron imponer los aumentos para ocultar las malas administraciones de las edes.