La reforma de la educación

La reforma de la educación

Jesús de la Rosa

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La reforma de la educación. En agosto de 1957, el insigne poeta chileno Pablo Neruda asistió a una magna concentración en apoyo a la candidatura a la Presidencia de la República del doctor Salvador Allende celebrada en el Teatro Baquedano de Santiago de Chile. En esa ocasión, ostentando la representación de los escritores y artistas del hermano país suramericano, Pablo Neruda expresó: “no queremos seguir siendo escritores de un pueblo que no puede leer. No queremos sentir la vergüenza, la ignominia de un pasado estático y leproso. Queremos más escuelas, más periódicos, más libros más editoriales, más revistas, más cultura”.

A pesar de los años transcurridos, discursos como ese todavía provocan sentimientos de impotencia y de rabia en miles de ciudadanos de cualquier país del llamado Tercer Mundo habitado por una minoría de gentes que, al igual de los chilenos de esa época, padece toda suerte de calamidades.

Pero no hay que irse tan lejos, situémonos aquí, más de 50 años después de la dictadura trujillista, todavía enfrentamos el desafío de alcanzar una democracia que reúna los requisitos que les son propios, y el de alcanzar resultados económicos que les favorezcan.

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El camino de las grandes transformaciones es duro y escarpado. La acción del Gobierno del presidente Luis Abinader para enfrentar a tantos males se apoya en una propuesta neoliberal de aceptación de desigualdades sociales estimadas como inevitables.

A nuestro humilde entender, la reforma del sistema dominicano de instrucción pública descansa en cuatro grandes pilares: Tanda Extendida, construcción y equipamiento de escuelas, formación y capacitación docente, revisión curricular y campaña de alfabetización de adultos.

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Es así como el Gobierno de Luis Abinader enfrenta con cierto éxito el enorme desafío de asegurar el bienestar de los ciudadanos y ciudadanas en un mundo que vive profundas y aceleradas transformaciones.

Las autoridades del Ministerio de Educación esperan a que de aquí a unos cuantos años, todas las escuelas públicas del país laboren en horario corrido desde la 8:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde. Y que los estudiantes que asistan a ellas desayunen, almuercen y merienden en los locales de las mismas.

Esperamos que los estudiantes de escuelas públicas pronto sean favorecidos con entrega gratis de uniformes y materiales escolares. Y con la ejecución de un Programa de Nutrición y Salud que les suministres todo tipo de medicamentos de sanación y prevención de enfermedades.

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