Dedicado a nuestros padres y maestros, forjadores de generaciones (2/3)

La entrega anterior muestra las ventajas que el acceso a la tecnología y las redes sociales presentan a niños (as) y adolescentes, sin embargo, es innegable los riesgos manifiestos a los mismos, exigiendo el deber de proteger esa vulnerable población.

Nos encontramos con una de las desventajas más pronunciadas en el uso de la tecnología: la inexistencia de mecanismos que filtren el acceso a informaciones sensibles al público en estudio. Según (Marchuet & Granados, 2023), “Se calcula que hay 33% de adolescentes que están desarrollando uso problemático del Internet”, tomando en cuenta que su cerebro está en pleno desarrollo, haciéndolo susceptibles al procesamiento negativo del uso de estas plataformas.

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Una serie de factores, más allá de las regulaciones, debemos tomar en cuenta:

Afección a la autoestima y la inteligencia emocional, factores psicosociales en el desarrollo de los niños (as) y adolescentes, contribuyendo a que sean sensibles al: rechazo, malas influencias y gran cantidad de información. De igual forma, se debe prestar atención al contenido publicitario y el acceso a temas de índole sexual y violencia. Según el trabajo ya referido, presentado por Unicef, 42% de los adolescentes entrevistados recibieron mensajes eróticos.
Las redes pueden exacerbar los problemas de salud mental como muestra Unicef: 15% de los adolescentes presentan síntomas graves o moderadamente graves de depresión. Las plataformas de Internet presentan imágenes idealizadas de cuerpos, familias, estatus y estilos de vida, convirtiéndose en posibles incentivos a baja autoestima e inclusive, a la depresión; las imágenes corporales pueden incentivar a patrones de desórdenes alimenticios: la anorexia y la bulimia.
La adicción a las redes sociales se ha convertido en fenómeno de importante impacto en la sociedad. Un estudio de Marchuet & Granados refiere que, entre 10 y 15% del total de usuarios muestran conductas adictivas a las redes sociales. De la misma forma, según (Martínez, 2023), el uso excesivo de la tecnología promueve problemas de sueño, complicaciones de atención, aislamiento, dificultades de desarrollo cognitivo e incluso, inconvenientes emocionales en algunos casos.
Es preciso considerar el riesgo del ciberacoso y la seguridad. El ciberacoso es definido como el daño causado a una persona a través del uso de las plataformas digitales para acosar, intimidar y/o violentar a otra. Según estudio referido de Unicef, 57% de los adolescentes han aceptado en las redes a alguien desconocido, mientras 21.5% ha aceptado a alguien que conoció exclusivamente en internet, el 10% ha recibido una proposición sexual de un adulto a través del internet.
Uno de los temas más preocupantes se refiere a la ciberseguridad. Los niños (as) y adolescentes pueden compartir informaciones comprometedoras con su seguridad física y la familiar al facilitar informaciones sobre la ubicación de lugares donde frecuentan, documentos personales, datos financieros como cuentas bancarias y tarjetas de crédito, etc.

¿Qué hacer?, nuestra próxima y última entrega.

Investigadora asociada:
Julissa Lluberes