La timidez es un rasgo de la personalidad, que depende del temperamento. Esta puede influir visiblemente en las personas, manifestándose en su forma de ser y actuar. Detrás de la timidez hay una sensación de inseguridad, vergüenza o desconfianza en sí mismo, que aparece sobre todo ante situaciones sociales (sobre todo las nuevas), impidiéndole o dificultando relacionarse con los demás de manera asertiva, así como reflejar otros aspectos de su personalidad. Como resultado, su desempeño social se ve limitado, y a la vez se obstaculizan las conversaciones y otros acercamientos personales.
La timidez suele surgir como resultado de atención excesiva a uno mismo, a sus propios pensamientos, sentimientos y reacciones físicas. Implica baja autoestima o una valoración negativa de sí mismo, una excesiva preocupación acerca de tener un mal desenvolvimiento, poniendo el foco de atención en lo que ocurre dentro de sí, más que en lo exterior.
Las personas tímidas tienden a evitar las situaciones sociales, sobre todo con desconocidos y figuras de autoridad. Al contrario de lo que muchas veces se piensan, tienen un deseo interno de poder relacionarse, pero sienten que no son capaces, y algunos llegan a tener la sensación de que su yo interior se lo impide. Sin embargo, aunque la timidez refleje un modo complejo de relación consigo mismo, es posible superar este obstáculo, sobre todo cuando las personas reconocen que sus exigencias personales son severas y a veces incluso están por encima de lo que se espera de ellos.
Un recurso común que utilizan las personas tímidas, es establecer una zona de confort limitada, y por ende tienden a establecer un círculo de amigos reducidos y a hacer las mismas cosas de forma rutinaria, de esta manera se proporcionan sensación de seguridad y de control.
A nivel interno ocurren varios procesos, como el pensar mucho antes de hablar, lo cual en ocasiones es una ventaja, salvo por el hecho de que por lo general cuando lo hace el tono de voz es bajo y a la vez esquivan la mirada, y mantienen una postura corporal cerrada. En ocasiones la timidez se manifiesta con ansiedad y, por ende, con aumento de la frecuencia cardiaca, lo que provoca un visible enrojecimiento del rostro o sudor en las manos.
La timidez es una característica de la personalidad. y puede llegar un momento de la vida en la que la persona que la padece puede decidir si está dispuesto a tratar este aspecto desde un punto de vista clínico o no. Lo importante es reconocer si la timidez limita hasta el punto de obstaculizar el desarrollo social, e incluso impactar en la vida de otros, ya que en ocasiones una persona tímida puede privarse de brindar ayuda a los demás o de poner al servicio de otros un conocimiento o capacidad necesaria en una situación. Por otro lado, es importante reconocer que la timidez no es un rasgo que la persona manifesté de manera deliberada.
De todos modos, es importante recordar que cualquier tipo de etiqueta, limita o libera. Si te sientes incómodo y realmente te está incapacitando socialmente, lo más recomendable es que busques ayuda con un profesional de la conducta; en poco tiempo tendrás las estrategias necesarias para poder desenvolverte correctamente.
Si quieres superar la timidez y no sabes cómo, aquí te dejo unos tips para ir trabajando:
Lo primero es entender que no va pasar nada malo al hablar o conocer otras personas.
Aprende a equivocarte, no eres perfecto.
Haz una lista de las situaciones que exacerban tu timidez.
Trabaja este rasgo poco a poco.
Cuando entres a un lugar, saluda, sonríe y mira a la cara a las personas, sin importar cual sea su reacción; haz tu el contacto.
Al interactuar con mayor frecuencia, poco a poco te sentirás más seguro, recuerda que las habilidades sociales se pueden entrenar. . La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia.