La época de la posverdad ha creado indudables dudas acerca de los elementos que conducen a razonamientos lógicos relacionados con la realidad de las cosas. Pero a pesar de ello, cuando se vierten informaciones de cualquier tipo, particularmente políticas, la gente, aunque dude de su veracidad, tiende a opinar y especular. Por eso es tan importante mantenerse apegados a la verdad sincera, humanista y sin maquillajes.
Cuando se desinforma pretendiendo ganar espacios, pero los hechos pueden demostrar que son patrañas políticas, más que bien hacen daño a los propósitos perseguidos. Esto así, porque la gente puede darse cuenta que lo que dice o critica obedece a conveniencias políticas circunstanciales. O que se hacen para salirse de posibles blancos de ataques.
He sido reiterativo en expresar que la gente no solo quiere creer, sino que necesita creer. Creer en alguien o creer en algo. En cosas que le revivan y aliente su fe y su confianza. Que les mantenga la esperanza de que las cosas se hacen en interés de que el país viva mejor. Por eso es tan importante la prudencia. Porque a pesar de lo que algunos pudieran entender, con intrigas no se avanza, pues la mayoría de la gente lo que quiere es tranquilidad y paz, que a su vez promueven el desarrollo y las oportunidades.
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En las campañas electorales una buena parte de la gente duda de las cosas que se dicen. Por un lado, porque muchas de las críticas de la oposición no obedecen a razonamientos lógicos, sino a conveniencias políticas. Por eso es tan importante para quienes gobiernan, mantener la práctica de evitar excesos y que las acciones sean transparentes.
Hay personas que se resisten a creer porque están parcializadas, adocenadas o forma parte de algún proyecto político. Otros creerán por las mismas circunstancias o porque necesitan confiar. Pero hay gente que no cree, no porque se ha vuelto incrédula en todo, sino porque la misma politiquería los ha hecho dudar. Por eso es tan importante y necesaria la transparencia, la sencillez, el trabajo, el esfuerzo, la coherencia.
Lógicamente, en un proceso político, los que están detrás del poder, o sea, la oposición, hará todo lo posible por presentar, dentro del concepto de posverdad, todo lo que entiendan que les conviene, aunque no sea verdad. Aunque tengan que recurrir a metodologías no necesariamente éticas o falseadas.
Por eso se hace tan importante, sobre todo ahora, la verdad real y la transparencia. Para que una buena parte de los posibles incrédulos enmarcados dentro de lo que se ha mencionado anteriormente – acostumbrados a las distorsiones comunicacionales – adquieran confianza y credibilidad. Reitero, haciendo las cosas de acuerdo a lo razonable, a lo justo, a lo equitativo.
Para que cuando se realicen cosas y se anuncian medidas, a pesar de lo que opinen algunos dirigentes de la cúpula política, comprometida o adocenada, el resto de las personas, antes de dudar, pueda comprobar que lo que se anuncia es verdad y que además pueda percibir que sus efectos serán tal como se dicen para beneficio de la nación.