Los montos transferidos representaron el 8.3% y 7% de los ingresos fiscales, en 2022 y 2023, respectivamente
Por: Alberto Veloz
Las recientes pérdidas de las distribuidoras de electricidad han requerido transferencias del Estado dominicano por montos ascendentes a US$1,400 millones y US$1,300 millones en 2022 y 2023, respectivamente. Los montos transferidos representaron el 8.3% y 7% de los ingresos fiscales.
Ede-Este registra un promedio de pérdidas del 50% de la energía comprada a los generadores, en el periodo 2020-2024. Ede-Norte y Ede-Sur perdían 23% y 27%, respectivamente. Las pérdidas promedio del conjunto de distribuidoras fue 34%. Reporte MEM, marzo 2024.
En el caso de Ede-Este, la merma en las compras físicas es 3,498 Gigavatios, en 2023. Esto equivale, aproximadamente, a no cobrar la generación de una planta de unos 400 Megavatios, generados con un 85% de disponibilidad y 90% de eficiencia.
El porcentaje de energía comprada no cobrada por la empresa nacional de energía en Honduras es 33%. UMEME en Uganda perdió un 16%, en 2023. Una empresa que no cobra el 50% de la energía comprada, y recupera el 45% del efectivo, no es viable.
Diferentes esquemas administrativos han sido propuestos como soluciones al problema de las distribuidoras. Privatización implicaría que parte del riesgo seguiría cubierto por el Estado. Esto para estimular a terceros asumir el riesgo de gestionar la operación. Otro esquema utilizado en el pasado fue otorgar el monitoreo de determinados circuitos a terceros, para reducir hurto y fraudes, pagando un porcentaje sobre el aumento en la cobranza obtenida.
La alternativa tecnológica propuesta implica instalar medidores “inteligentes”, de doble vía, con capacidad digital de registrar el consumo de los usuarios, y su integración a procesos de facturación. Este tipo de tecnología se denomina infraestructura avanzada de medición (AMI por sus siglas en ingles).
Además de comunicación inalámbrica, procesamiento en línea de datos, prevención de eventos no programados, hurto de energía; ayuda también a detectar fallas con rapidez. La interrupción remota del servicio a los clientes morosos está disponible.
El procesamiento de datos y facturación se contrataría con empresas o empresa especializada en este servicio.
Las distribuidoras mejorarían su flujo de efectivo, reducen costos de operación, y el mantenimiento de las redes puede mejorar. Un descenso en las pérdidas de Ede-Este en un 35%, en tres años, permitiría recuperar la inversión en los medidores en menos de cuatro años, aproximadamente, en un piloto con 45,000 usuarios.
El proceso necesitará de la eliminación de las “conexiones directas autorizadas”. La presentación de estados financieros mensuales y auditados anuales es impostergable.
Circuitos de esta distribuidora en zonas como Villa Mella, Autopista de San Isidro, Circunvalación y San Vicente de Paul pueden elegirse para el proyecto piloto inicial.
De esta forma se preparan las medidas para un mayor despliegue futuro. Planes parecidos se discutieron en el pasado; pero no se implementaron. Las pérdidas se mantienen aun en valores insostenibles.