Las manifestaciones del 14 de Junio

Las manifestaciones del 14 de Junio

Las manifestaciones populares organizadas por la Agrupación Política 14 de Junio entre 1961–1963 sirvieron como verdaderos instrumentos políticos para expresar la voluntad de cambio existente en la sociedad dominicana. En un contexto de incipiente vida democrática, tras 30 años de férreo control totalitario del régimen trujillista, las concentraciones públicas del 1J4 no solo sirvieron para movilizar su militancia sino también para despertar una conciencia colectiva sobre los derechos políticos del pueblo dominicano que marchaba hacia la construcción de una auténtica democracia.

En ese orden, Manolo Tavárez aprovechó el escenario para, tal como lo relata Raúl Pérez Peña, “recorrer el país de punta a punta” a los fines de difundir “su discurso esperanzador sobre el soporte de su liderazgo”. El periodista Bienvenido Álvarez Vega nos cuenta que durante muchos años conservó un audio que contenía un discurso que hiciera el líder histórico del 1J4 en visita a Higüey, donde abordó los principales problemas sociales, políticos y económicos que afectaban a la región. Agrega Bacho que “a las conferencias y encuentros se sumaban las concentraciones provinciales donde Manolo mostró su regia oratoria de masas”.

Puede leer: Manaclas 1963: masacre y crimen de guerra

2 El Pais 04 2p01

En sus discursos y proclamas se puede observar cómo Manolo buscaba educar a la población sobre sus verdugos haciendo énfasis en la necesidad de producir cambios estructurales que les permitieran al pueblo dominicano romper con las cadenas materiales e inmateriales que le oprimían. Al respecto, abogaba por una reforma agraria que posibilitara mejorar las condiciones de vida del campesinado mediante asistencia técnica, tecnificación de cultivos y apoyo económico. Exigió garantizar la participación justa de los trabajadores en los beneficios del capital y ampliar la asistencia social para beneficio de las clases más humildes del país, entre otras medidas.

En su mirada retrospectiva, Bacho nos destaca que “en la plaza pública brotó el carisma de Manolo Tavárez con un discurso político orientado a enfrentar la tutela norteamericana y el poder oligárquico con el programa de cambios sociales, culturales y políticos que trajo la Raza Inmortal por Constanza, Maimón y Estero Hondo”. Por tal motivo, las consignas y coros en los mítines (Manolo seguro a los yanquis dale duro o cogeremos el monte, cogeremos el monte…) contribuyeron a forjar un sentido de pertenencia entre los simpatizantes de la organización verde y negra, cuya identidad colectiva estaba marcada por la gesta de los expedicionarios de 1959 y en un sentido más amplio por la experiencia de la revolución cubana y su líder Fidel Castro.

En ese sentido, se desplegaban toda una serie de imágenes y símbolos que estaban presentes en el imaginario popular dominicano asociados al movimiento guerrillero liderado por Enrique Jiménez Moya. Estos recursos propagandísticos, además de trazar un rumbo político, recordaban la valentía y el sacrificio de los caídos en la lucha por la libertad lo que a su vez fortalecía el compromiso con la causa revolucionaria y facilitaba la integración de nuevos miembros atraídos ideológicamente por esas ideas y ejemplos.

Entre las principales concentraciones, recogidas en el libro sobre los discursos políticos de Manolo Tavárez, publicado por el Comité permanente pro-homenaje a Manolo Tavárez en 1983, encontramos la celebrada el 19 de agosto de 1961 en el parque Duarte de la ciudad Santiago, la cual constituyó uno de los primeras grandes manifestaciones públicas tras la caída de Trujillo, demostrando la capacidad del movimiento para movilizar sus masas en el interior del país y reafirmar sus objetivos en un contexto de transición política. Poco después, el 16 de septiembre de 1961 tuvo lugar la congregación en el parque Colón de la ciudad capital donde el discurso se orientó hacia los derechos cívicos, las libertades públicas y la necesidad de mantener la presión hasta alcanzar la salida de los remanentes del trujillato.

De manera muy particular se resaltan las multitudinarias concentraciones celebradas en fecha 14 de junio tanto en el año de 1962 como en 1963 en el parque Independencia con una masiva presencia de más de 50 mil personas. Estos actos honraban el aniversario de la gesta de la Raza Inmortal, por lo que se organizaba un gran desfile de mujeres que recorrían la calle El Conde y se depositaba una ofrenda floral en el panteón nacional como homenaje al sacrificio de los expedicionarios, reforzando el compromiso del movimiento con sus ideales de libertad y justicia. Desde el interior venían camiones de carga denominados “Catarey” repletos de simpatizantes que participaban de la conmemoración. El acto central se cerraba con un mitin frente al altar de patria en el que los principales dirigentes exponían sobre las demandas sociales y políticas del movimiento y su lucha contra los “enemigos del pueblo”.

De los mítines, micromítines, asambleas y otras formas de congregación colectiva que se desarrollaron tanto en el Distrito Nacional como en diferentes provincias y localidades del país, emergieron dirigentes claves en la organización que demostraron su capacidad para inspirar y movilizar a las masas. Este proceso no solo fortaleció al movimiento, sino que también contribuyó al desarrollo de cuadros políticos que posteriormente desempeñarían roles importantes en la política nacional, tal como veremos en la próxima entrega de esta serie.

Dr. Amaurys Pérez
Sociólogo e historiador
UASD / PUCMM / Museo de la Dignidad

Más leídas