Me llama la atención que en estos tiempos donde no necesariamente todas las personas dicen lo que piensan, más bien, lo que “prende”, lo que significa: buscar un tema que llame la atención, que cree interés, morbo, risa o controversia, generando muchas “vistas” (views), me “gusta” (likes) y que se “viralice” (go viral). Y hasta en eso, pagan las mujeres.
Se hace viral cuestionar la realidad histórica de las hermanas Patria, Minerva, María Teresa Mirabal, siempre recordadas con admiración y alta sensibilidad, y cuya tragedia conmocionó a la población dominicana, como también, a nivel internacional.
Hay quienes se han lamentado y dicen: “caramba, no debieron tomar ese riesgo de ir a visitar a sus maridos presos en Puerto Plata” …. Bueno, lo que nunca debió pasar fue que las mataran, y mucho menos de esa manera.
Hay diferencias entre tener una opinión diferente, a fomentar el odio y la controversia innecesaria respecto a temas que no llevan a ningún lugar, y en este meollo “de dime y te diretes”, las mujeres pagan.
El recién reelecto presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha nombrado a varias mujeres en puestos importantes en su gabinete, lo que demuestra, según sus fans, que finalmente no es misógino, como decían algunos. ¿Qué yo creo? Pues que muy probablemente no lo sea, lo curioso es que “ser o no ser”, dejó de ser una cuestión, ahora no importa, ya que lo que seas y lo que pienses realmente no tiene que ser, según esta nueva ola, lo que digas.
En este juego del decir u omitir cosas, entonces quizás él no sea misógino, pero, si existen misóginos en su país, muy probablemente esos voten por él también, aunque haya una gran parte que tenga motivos muy distantes y dieron su voto a pesar de no estar de acuerdo con ciertos temas de características discriminatorias que entusiasma a un grupo de fanáticos/as en las redes sociales.
La famosa doble moral, ahora es que se manifiesta a sus anchas, porque cuando se trata de valores familiares, también las mujeres pagan. Recordemos al jefe de la Policía que mencionó una vez que no aceptaría reclutas hijos de madres solteras, dando a entender que estas deben de trabajar mucho y no le dedican el tiempo que corresponde, por lo que se crían sin valores.
El afán por “prenderla en las redes” es tan grande, que mujeres que salen a trabajar en los medios, dicen que el problema de la sociedad es que las mujeres ya no están en la casa, sólo por hacerse virales a pesar de su evidente incoherencia.
Y miren que casualidad, precisamente ahora que el caso de los hermanos Menéndez está en boga nuevamente, gracias a la película y el documental de Netflix, entonces, ahí había una madre que no trabajaba, ¿Y entonces? Quienes propagan esas ideas de supuesta moralidad, atacando a grupos minoritarios y a las mujeres que defienden sus derechos, sobre todo, las feministas, ¿A qué políticos siguen?
A quienes les hacen creer que realmente creen en eso, pero por sus vidas te das cuenta de que se trata de solteros que no les hablan a sus padres y que empoderan a su hermana con fuerza de mando en su gobierno (Milei) o empresarios que siempre estuvieron en la farándula, que acumulan varios divorcios, incluyendo con mujeres extranjeras (Trump). ¿Estos son los representantes de valores tradicionales, ultraconservadores y ortodoxos? ¡Por Dios! Personas normales con altas y bajas en sus vidas personales, como cualquier otra.
Mientras todo esto ocupa la opinión pública, los feminicidios siguen a la orden del día, y cualquier iniciativa que se haga para protestar, visibilizar y sensibilizar al respecto, resulta para algunas personas en las redes, un motivo más para ridiculizar y armar un escenario con un discurso en el que realmente ni creen, solo para “prenderla en las redes” y que sigan pagando las mujeres.