Febrero, Mes del Amor y la Amistad, desde ahora será para el movimiento ambiental el mes de recordar y honrar la vida gloriosa de tres dominicanos que dedicaron sus capacidades y conocimientos a la preservación de los recursos naturales, la calidad del medio ambiente y la biodiversidad en el país y el planeta.
Radhamés González, Carlitos Sención y Simón Guerrero, especialistas en Química, Minería y Psicología animal, excepcionales en sus calidades profesionales y humanas, para quienes la vida en todas sus formas y manifestaciones tenía el valor de lo sagrado.
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El retiro eterno de los tres amigos entrañables deja un vacío que no obstante será suplido por el legado de sus aportes y luchas en el proceso de enseñar a las nuevas generaciones a conocer, respetar, conservar y defender la naturaleza y sus procesos.
Esto mismo ha de ocurrir en el periodismo del país, este sector de la comunicación vio partir con honda pena a dos de sus valiosos exponentes: don Rafael César Hopelman y el maestro Adriano de la Cruz.
El fallecimiento de estos cinco ciudadanos es una enorme pérdida para esta sociedad que lo que más requiere es de personas que concedan más valor a la vida, la naturaleza, la verdad y la justicia que al dinero y el poder.
Sirva el ejemplo de estos dominicanos ejemplares que se marcharon para siempre en el mes de febrero de estímulo y guía para las presentes y futuras generaciones.
¡Honremos su memoria, multipliquemos su legado!