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Los Garrido vistos a través de la obra de Edna, Víctor y Emigdio

<STRONG>LIBROS</STRONG><BR>Los Garrido vistos a través de la obra de Edna, Víctor y Emigdio

La sociología rural, la religiosidad popular, el mito, la inestabilidad política, los rasgos culturales de la región Sur, el análisis de la historia, el rechazo a la intervención militar norteamericana de 1916 y el mágico universo de la poesía aparecen, entrelazados por los lazos de la sangre, en el libro “Perlas de la pluma de los Garrido”.

La obra, que compendia una selección de ensayos y artículos de Emigdio Osvaldo Garrido Puello, Víctor Garrido y Edna Garrido de Boggs, resalta por sí misma la calidad intelectual de estos escritores que se destacaron en el periodismo y el ensayo, la poesía y la investigación folclórica.

Este libro, editado por el periodista Edgar Valenzuela, con los auspicios del Archivo General de la Nación, será puesto en circulación el cinco de diciembre de este año, en la Casa Curial de San Juan de la Maguana.

Los Garrido representan a una de las más importantes familias de escritores del siglo XX, plantea el editor de la obra al destacar que en los períodos de inestabilidad política de principios de siglo empuñaron la pluma, y no la espada, como hicieron sus antecesores.

E.O. Garrido Puello (1893-1083) nació en San Juan de la Maguana y fue el fundador del periódico El Cable, un semanario que circulaba por la región y que se caracterizaba por su línea anti intervencionista.

Entre sus obras publicadas se citan “El Sur en la historia, las ciencias y la literatura”, “Nieblas del otoño” y “Olivorio, ensayo histórico”.

Precisamente en ese ensayo Garrido Puello hace una extraordinaria descripción cronológica de un hombre que, amparado en la ignorancia, los atavismos mágico-religiosos y el desorden político imperante a principios del pasado siglo, ejerció una gran influencia en la provincia de San Juan.

De acuerdo con su teoría, “en el olivorismo no había misticismo ni profunda fe, sólo un grosero y vulgar materialismo. En esa híbrida combinación de superstición, fetichismo y amor libre, no podía haber religión ni nada que no fuera repudiable y hondamente criticable.

“Aunque duela confesarlo, nuestros gobiernos se preocuparon muy poco por resolver el problema social y político que representó Olivorio por más de diez años, por lo que la ignorancia y la incuria lo transformaron en realidad y le hicieron una historia, que aunque sucia y fea, pesará siempre sobre San Juan de la Maguana como una montaña”.

Olivorio murió el 19 de mayo de 1922, durante un enfrentamiento entre su cofradía y  las tropas norteamericanas de ocupación.

Víctor Garrido. Aunque se crió en San Juan de la Maguana, nació en Santo Domingo el dos de marzo de 1886. Se desempeñó como maestro en Azua y San Juan y ocupó varias posiciones en la administración pública, entre estas la de secretario de Educación.

Navegó en las aguas de la poesía y la historia, y entre sus publicaciones se destacan “La política de Francia en Santo Domingo”, “Trujillo, restaurador de la política financiera dominicana”, y “En la ruta de mi vida”.

Fue miembro de las academias dominicanas de la Historia y de la Lengua.

En un trabajo de investigación sobre la “Común de San Juan”, el escritor detalla los aspectos sociológicos, religiosos, políticos y culturales de esta provincia. La publicación data del cuatro de abril de 1922.

En su radiografía se detiene por los ecosistemas de la zona, la colonización, haciendo hincapié en el carácter del campesino que permanecía un tanto preso de sus supersticiones, pasividad y poco desarrollo económico

Emular la economía de Santiago era para este escritor el camino que llevaba más rápido al desarrollo.

Edna Garrido de Boggs

Hija de Víctor Garrido, esta educadora, investigadora, folclorista y ensayista que nació en 1913, en Azua,  tiene en su impronta varias publicaciones en las que se resaltan las características del folclor dominicano.

“El dominicano visto a través de sus juegos”, “Versiones dominicanas de romances españoles”, “Diccionario de refranes dominicanos”, “La sarandunga” son sólo algunos de sus trabajos publicados.

En 1947 fundó la primera sociedad folclórica del país, y en 1969 el Gobierno dominicano le otorgó la Orden Heráldica Juan Pablo Duarte, en el Grado de Comendador.

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