POR DOMINGO ABREU COLLADO
El 19 de octubre pasado (2006) una noticia recorría el mundo otorgando diez tristes récords repartidos entre países como Rusia, China, Perú, Zambia, Kyrgizstan, India y la República Dominicana.
Se trata de los lugares más contaminados del planeta. Diez lugares seleccionados de una nominación de los 35 más dañados junto a la población que los habita, los que a su vez habían sido seleccionados de unos 300 sitios tremendamente contaminados de todos los continentes, los lugares más contaminados.
Los diez sitios fueron enumerados de la siguiente manera: 1. Chernobyl en Ucrania (Ukraina), antigua Unión Soviética; 2. Dzerzhinsk, Rusia; 3. HAINA, REPUBLICA DOMINICANA; 4. Kabune, Zambia; 5. La Oroya, Perú; 6. Linden, China; 7. Maiuu Suu, Kyrgizstan; 8. Norilsk, Rusia; 9. Ranipet, India; 10. Rudnaya, Pristan-Dalnegorsk, Rusia.
La organización The Blacksmith Institute, de Nueva York, se encargó de reunir toda la información pertinente para tan triste elección, recurriendo a estudios realizados en todo el mundo en relación con el progreso de la contaminación en países desarrollados y subdesarrollados.
Los elementos tomados en cuenta para la elección fueron los siguientes: 1. Tamaño de la población afectada; 2. Severidad de los tóxicos envueltos; 3. Impacto en la salud y el desarrollo de los niños; 4. Evidencia de una clara causa de contaminación; y 5. Existencia comprobable de evidencia de impacto en la salud.
Para la parte correspondiente a la República Dominicana y el caso específico de Haina, se tomaron en cuenta las investigaciones realizadas por técnicos del Instituto de Química de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, quienes trabajaban junto a técnicos de los Estados Unidos.
Aunque Haina es un municipio de tamaño considerable, el centro crítico de contaminación es la zona más cercana a la desembocadura del río Haina, donde está el Puerto de Haina, entrada de carburantes de varios tipos. Pero también está la Refinería de Petróleo, otro punto de contaminación de bastante importancia.
La permisividad con que se manejó en Haina la instalación de industrias de cualquier tipo para cualquier cosa desde finales de los años 60, fue aprovechada por «empresarios» para la creación de «empresas» a las que no se les requería ningún tipo evaluación en relación con la posibilidad de producción de desechos (tóxicos o no), vertidos al río (tóxicos o no) y contaminación atmosférica y de suelos.
Pero esto no pasó solamente en Haina, sino en todas las áreas que se destinaron a zonas francas industriales, como la de la avenida Máximo Gómez, donde todavía existen industrias cuyos vertidos, todos sus vertidos, son realizados en las alcantarillas comunes, yendo a parar todos al río Isabela, causando la contaminación que todos conocemos.
Pero de todos esos lugares ha sido Haina el que más ha impactado, principalmente por la presencia de una población totalmente desprotegida y expuesta a elementos tan dañinos como el plomo, de cuyo vertido al ambiente fue responsable la empresa Industrias ZI, provocando la irreversible enfermedad del saturnismo en unos 200 niños y un número no determinado de adultos.
Pero eso fue hasta 1999, hace siete años. Habría que ver cuales son los niveles en estos momentos en que, como dijimos al principio, ya se sabe en todo el mundo que Haina está entre los diez sitios más contaminados del Planeta.
La denuncia hecha en 1999
El 9 de julio de 1999, en esta misma página: «Ecología», nos hicimos eco de los resultados ofrecidos por la organización Fundación Amigos de los Niños Libres de Plomo, de los Estados Unidos, y del Instituto de Química de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, quienes habían realizado trabajos de investigación en el barrio «Paraíso de Dios», de los Bajos de Haina.
En esa ocasión, como resultado de esas investigaciones, se había determinado que 200 niños se encontraban peligrosamente contaminados por plomo. De esa cantidad de niños, 100 se encontraban en avanzado estado de envenenamiento, con un grupo de 68 niños con niveles de plomo de 20 a 39 microgramos por decilitro de sangre; «otro grupo menor con niveles de plomo en la sangre de 40 a 58 microgramos, y otro grupo con niveles de plomo de 60 hasta 130 microgramos».
Pero no eran solamente los niños los afectados. Como publicamos aquí mismo hace siete años, otro número elevado de adultos presentaba serio envenenamiento, algunas de las personas examinadas presentaban «acumulaciones de plomo de 70 a 99 microgramos por deciliro de sangre».
Y añadíamos: «Los responsables de tal contaminación son los dueños de una industria la cual fue cerrada luego de la denuncia realizada por medios de comunicación. Sin embargo, los desechos y escorias que produjeron tal situación permanecen en su sitio, siendo tímidamente revestidas de caliche, mientras el espectro de la contaminación se extiende por kilómetros».
La Industria en cuestión, según nos hemos enterado, cambió luego de nombre, ubicándose en otro lugar de Haina y con los mismos propósitos iniciales, es decir, el negocio del reciclado de baterías, y naturalmente, sin tomar en cuenta ningún aspecto de respeto a la gente y al ambiente.
Haina en el tercer lugar
La prensa internacional destaca lo siguiente: «La lista de ciudades donde la salud no es lo primordial, mantiene en el tercer lugar a Haina, en la República Dominicana, «severamente contaminada con plomo de una planta de reciclaje de baterías de automóvil ya clausurada». Según el documento «varios estudios han encontrado niveles alarmantes de plomo en análisis de sangre y tierra en la comunidad de Haina». Se estima que alrededor de 85,000 personas se encuentran afectadas. Igual que en La Oroya (Perú) el síntoma más común de contaminación en Haina es el envenenamiento por plomo, que afecta a la salud y desarrollo de los niños».
Otro aspecto que destaca la prensa internacional, por ejemplo, la BBC de Londres, es que «hay alrededor de diez millones de personas que viven en lugares afectadas por serios problemas ambientales».
Citando a Richard Fuller, director del Instituto Blacksmith, de Nueva Cork, la BBC destaca que «en algunos sitios las perspectivas de vida de los habitantes se acercan a los niveles de la época medieval». Agrega Fuller que «los defectos de nacimiento son la norma y no la excepción, el asma en los niños sobrepasa el 90% y el retraso mental es endémico».
Por otro lado, la revista «Science», en los lugares tenidos como los de más altos índices de contaminación –como Haina y los otros nueve sitios indicados- nacen más niñas que niños, siendo este estudio el primero en el mundo que confirma la relación entre contaminación y el aumento de nacimientos de niñas. De esa forma, señala «Science», la contaminación atmosférica se convierte en uno de los factores junto con otros que se han desarrollado por la interacción del hombre con el medio ambiente que pueden alterar la tasa de natalidad por sexo de una población. La investigación también confirma que el cromosoma «Y», que determina que el producto sea un varón se muestra más débil ante los cambios de la naturaleza y que por el contrario el cromosoma «X» que es el causante de que nazca una niña, resiste con mayor facilidad las modificaciones que sufre nuestro planeta y que cada vez son más agresivas y profundas.
¿Qué se va a hacer en Paraíso de Dios?
Esta es una pregunta interesante, porque se extiende de la misma forma que se extiende la contaminación por plomo que comenzó en Paraíso de Dios. Y se extiende esta pregunta generando otras preguntas. Comenzamos.
¿Cuáles medidas se van a tomar para mitigar el daño ocasionado en Haina, y que ha «elevado» ese municipio a la categoría de la tercera ciudad más contaminada del mundo? Lo primero que hay que saber, en este aspecto del problema, es que si no se remueve todo el suelo, en varios metros de profundidad, del barrio «Paraíso de Dios», el plomo se mantendrá ahí, propagando los males que ya se han mencionado y manteniendo a Haina en ese tercer lugar, candidateándose de paso, según se extiende el plomo, al segundo o primer lugar en el mundo.
¿Qué se va a hacer con los niños y familias contaminadas y enfermas por la contaminación con plomo? Decididamente, la situación originada por la industria en cuestión (y que puede estar ocurriendo en otros lugares del país) obliga a una actuación de emergencia sanitaria, tanto con las familias de «Paraíso de Dios» como con el resto de las 85,000 personas amenazadas por la contaminación, según la denuncia del Instituto Blacksmith. Lo primero sería sacar a las familias del sitio y proceder al tratamiento médico necesario.
¿Quién o quiénes van a cubrir los gastos necesarios parra sanear «Paraíso de Dios» y sus pobladores? De entrada, es responsabilidad del Estado. Pero el Estado debe buscar los responsables directos de la situación. Es decir, a dueños de industrias contaminantes e incluir a los importadores de baterías y empresas dedicadas a su reciclaje y comercialización. Todos deberán cubrir lo que cueste reparar el daño causado en Haina.
¿Cuándo debe comenzar el proceso de saneamiento y recuperación? YA.