Desde 2018, el 4 de marzo se ha establecido como Día Internacional de Concienciación sobre el Virus del Papiloma Humano (VPH). La conmemoración de esta fecha es parte del compromiso asumido por la Sociedad Internacional del Virus del Papiloma (International Papillomavirus Society o IPVS, por sus siglas en idioma inglés) de promover la concienciación sobre las infecciones que puede generar el VPH, capacitando a profesionales y autoridades sanitarias, así como a la población en general, en tomar las medidas necesarias que permitan entender y minimizar el riesgo de transmisión del virus y los cánceres que se relacionan con su infección.
El cáncer cervicouterino es el tercero más frecuente entre las mujeres de América Latina y el Caribe, pero uno de los que se pueden prevenir a través de la vacunación contra el VPH.
Desde hace más de una década, existen vacunas que protegen contra los tipos comunes de virus del papiloma humano (VPH) que causan cáncer.
Los VPH son un grupo de más de 150 virus relacionados. A cada variedad de VPH en el grupo se le asigna un número, y se le llama un «tipo de VPH» (por ejemplo, VPH-16).[3] Los VPH son llamados virus del papiloma debido a que algunos tipos causan verrugas o papilomas, que son tumores no cancerosos.
Sin embargo, se sabe que algunos tipos de VPH causan cáncer. Sin embargo, existen ciertos tipos de VPH asociados como causantes de cáncer de cuello uterino, así como muchos cánceres de vagina, vulva, ano, pene y oro faringe (cáncer de la garganta y de la boca).
Las dos medidas más importantes para prevenir el cáncer de cuello uterino son vacunarse contra el VPH y hacerse las pruebas programadas de rutina de acuerdo con las recomendaciones médicas.
Vacunación: clave de la prevención contra el VPH
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca el valor de la inmunización como un componente clave de la atención primaria de salud y a la vez un derecho humano indiscutible. Hoy en día contamos con vacunas para prevenir más de 20 enfermedades potencialmente mortales, ayudando a personas de todas las edades a vivir vidas más largas y saludables.
Hay vacunas disponibles para ayudar a proteger a los niños, así como a los adultos jóvenes y de mediana edad contra ciertas infecciones por VPH. Estas vacunas protegen contra la infección causada por los tipos de VPH más comúnmente asociados con el cáncer, así como algunos tipos que pueden causar verrugas anales y genitales.
Estas vacunas funcionan solamente para prevenir la infección por VPH (no son un tratamiento de una infección ya existente). Por eso, para que sea más efectiva, es recomendable aplicar la vacuna contra el VPH antes de que la persona se exponga al virus (por ejemplo, antes de que la persona sea sexualmente activa). Sin embargo, aunque haya existido una infección por un tipo específico de VPH, la vacunación puede proteger contra otros tipos de VPH a los cuales no se ha expuesto la persona.
«La vacunación tiene un papel protagónico en la prevención de la infección por los tipos de virus del papiloma humano (VPH), asociados más frecuentemente a patología humana. Esto se traduce en la protección contra el desarrollo de muchos casos de cáncer de cuello uterino y también en otros órganos. Además, la vacunación previene la aparición de las verrugas genitales asociadas a estos tipos de virus», así lo explica el doctor Marcel Marcano Lozada, Director asociado de asuntos médicos para vacunas en Centroamérica y el Caribe de MSD.
La aplicación de la Vacuna del VPH se recomienda para niños de ambos sexos, de 11 a 12 años de edad, y se puede administrar a partir de los 9 años. Su aplicación se realiza en dos dosis, una inicial que puede aplicarse a partir de los 9 años y una segunda dosis que se aplica de 6 a 12 meses después de la primera dosis.
Si la vacunación ocurre después de cumplidos los 15 años, se requerirán tres dosis (se aplica la segunda dosis a los 2 meses de la primera y 4 meses luego de esta la tercera dosis). Igualmente, es recomendable la vacunación contra el VPH para los jóvenes y personas adultas, hasta los 26 años, que no hayan sido vacunados en la etapa de la niñez.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) destacan que tras más de 12 de años de investigación y seguimiento, se han distribuido más de 120 millones de dosis de la vacuna contra el VPH y los datos siguen mostrando que la vacuna es segura y eficaz.
Cada pasó por años de extensas pruebas de seguridad antes de que fueran autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
La vacuna contra el VPH no causa infección por VPH ni cáncer. Está elaborada a partir de una proteína del virus y no es infecciosa, lo que significa que no puede causar infección por VPH o cáncer.
Las vacunas, al igual que otros medicamentos, pueden tener efectos secundarios. Algunos de los más comunes, en el caso de la vacuna del VPH, son leves y desaparecen rápidamente: dolor, enrojecimiento o hinchazón en el brazo donde se aplicó la inyección, fiebre, mareos o desmayos, náuseas, dolor de cabeza o sensación de cansancio, dolor muscular o articular.
Antes de aplicarse la vacuna es importante que informe al médico o a la enfermera si su hijo tiene alguna alergia importante, incluida una alergia al látex o a la levadura antes de la aplicación de la vacuna.
Igualmente, la Sociedad Americana Contra el Cáncer (ACS por sus siglas en idioma inglés) recomienda mantener las pruebas rutinarias de detección del cáncer de cuello uterino a pesar de haberse vacunado contra el VPH.
Para obtener mayor información sobre la vacunación contra el VPH en su país puede consultar el sitio web https://www.infovph.com/central_america/