Ambos organismos recomiendan que los niños inicien sus primeras horas de alimentación con la lactancia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Unicef recomiendan que los niños inicien la lactancia materna en la primera hora del nacimiento y sean amamantados exclusivamente durante los primeros seis meses de vida, lo cual significa que no se les proporcione otros alimentos ni líquidos, ni siquiera agua.
Los bebés deben ser amamantados bajo demanda, es decir, tan a menudo como el niño quiera, día y noche. No se deben usar biberones, tetinas ni chupetes. A partir de los seis meses de edad, los niños deben comenzar a comer alimentos complementarios seguros y adecuados, mientras continúan amamantando hasta los dos años o más.
Puede leer: Lactancia Materna: Beneficios y los riesgos de no proveerla
La lactancia materna protege contra la leucemia en la niñez: amamantar por seis meses o más, se asocia con una reducción del 19% en el riesgo de leucemia en la niñez, comparado con un período más corto o con no amamantar.
La lactancia protege contra el síndrome de muerte súbita infantil: los bebés que son amamantados tienen un 60% menos de riesgo de morir por síndrome de muerte súbita infantil, comparados con los que no son amamantados. El efecto es aún mayor para infantes que reciben leche materna exclusiva. La duración de la lactancia materna está positivamente asociada con los ingresos.
El seguimiento a una cohorte de niños 30 años después de su nacimiento, mostró que los adultos que fueron amamantados tuvieron salarios más altos, un efecto que fue mediado por el aumento en los años de escolaridad.